Los orígenes de nuestra profesión
Berenice Balanzario Nájera
Mónica Álvarez Lara
docentes de la ENMJN
La presente investigación, comprende un recorrido histórico por momentos significativos en la educación de nuestro país, dando paso a la conformación de la actual educación normal dentro del Sistema de educación superior.
Este documento se construye a partir de identificar al proceso educativo formal como uno de los pilares que han dado camino hacia la constitución de una nación y la influencia de los diferentes acontecimientos socio económicos y políticos que intervienen y determinan el rumbo de la formación de ciudadanos. Es por ello que se decide realizar un acercamiento a los rasgos que adoptó el Sistema educativo mexicano, tras reformas y constantes cambios en cuanto a las exigencias del mundo actual.
De manera especial, se coloca el énfasis en el nivel de educación superior que, sin duda, están relacionados con las transformaciones del modelo económico implementado en México con sus subsecuentes reformas políticas en su más amplio sentido. De esta manera, se han presentado nuevos procesos y formas de entender nuestro eje nodular; la educación normal y, con ello, las relaciones en torno a la misma, los cambios que tienden hacia el cuestionamiento y señalamiento directo respecto a los docentes.
Durante la época de la Colonia la educación puede subdividirse en:
SUCESO IMPORTANTE |
BREVE DESCRIPCIÓN |
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1. Educación popular indígena | La evangelización de los aborígenes iniciada por los misioneros franciscanos. Las lenguas indígenas eran las principales dificultades, para ello una estrategia fue la comunicación mediante la pintura en lienzos sobre los principales asuntos de la Biblia. | |
2. Educación rural en la Nueva España | Nació a la par de la evangelización el aprendizaje del catecismo y la alfabetización, pronto se dio paso a la enseñanza rudimentaria relativa al cultivo del campo. | |
3. Las instituciones educativas destinadas a los mestizos y a los criollos | La imprenta repercutió en la educación, predominando la literatura religiosa: Las Cartillas, las Doctrinas y demás libros de lengua indígena que extendieron de esta manera la enseñanza. Esto generó el anhelo de cultivarse. La educación elemental privada se refería a maestros particulares no religiosos retribuidos por la clase media acomodada. La Ordanza de los Maestros del Nobilísimo Arte de Leer, Escribir y Contar, representa la primera ley sobre educación primaria en la Nueva España. La educación femenina estaba en manos de mujeres ancianas, quienes impartían conocimientos elementales en religión, lectura, escritura y labores manuales. | |
4. La enseñanza superior indígena | Respondía a la preocupación por impartir enseñanza superior a los aborígenes en la Nueva España, donde ya era una orden llevar a los niños indios a monasterios y colegios de España para que recibieran educación superior y, a su vez, transmitir el conocimiento de regreso a sus connaturales. | |
5. La Real y Pontificia Universidad de México | Las cátedras fueron conferidas a hombres destacados. Había de dos tipos: temporales (se daban por cuatro años) y las perpetuas (por la muerte o renuncia hacia el poseedor). El método era escolástico. Como punto de partida, contamos con la lectura de textos clásicos que tratan de demostrar y enseñar la concordancia de la razón con la fe por medio de un procedimiento silogístico, razón por la que los catedráticos fraccionaban la materia-objeto del aprendizaje en varias proposiciones. | |
6. Los colegios universitarios | En su origen, se trataba de hospedería dotada de bienes fundacionales para estudiantes pobres. | |
7. La educación femenina superior | Sor Juana Inés de la Cruz afirma, reafirma las virtudes cristianas de la educación de la mujer, pero reclama los derechos de una alta cultura académica. | |
8. Los primeros establecimientos laicos y la modernización de la enseñanza superior en la Nueva España | Se produjo un movimiento literario pedagógico como efecto del desarrollo interno de la vida educativa del país. Se operan algunas transformaciones notorias, como es el establecimiento de instituciones que ya no se ponen bajo la égida del clero. |
Tras las especificaciones propias de la época, se visualiza la importancia de las culturas en el territorio nacional, donde el sacerdote en los orígenes era el maestro por antonomasia, pues transmitía conocimientos pero también cultura. De ahí hacia la conquista militar de las naciones indígenas se concreta aún más la conquista cultural de matices españoles, recibiendo el nombre por ello de Nueva España. La reconocida labor de los misioneros, las lenguas aborígenes, los maestros particulares, la alfabetización y evangelización eran los intereses centrales.
Durante este trayecto histórico de nuestro país es cuando surge un primer esfuerzo de educación de masas, el cual tuvo lugar en el gobierno independiente, relacionado con el conocido movimiento lancasteriano; mismo que tenía como propósito enseñar a leer y escribir a miles de mexicanos con el menor gasto y esfuerzo posibles. Las Escuelas de enseñanza mutua en México plantearon un nuevo objetivo que consistía en proporcionar la educación elemental al propio tiempo que instruían a algunos jóvenes para las tareas del profesorado, el cual algunos llaman Escuela Normal Lancasteriana. Logrando desde este modelo que se pensara en la formación de maestros para las escuelas, considerando que fueran lo más completas posible.
En 1870, y ante la decadencia de la Compañía Lancasteriana, fue que se acentuaron las innovaciones pedagógicas, bajo un panorama educativo diferente que tenía como respuesta la fundación y dispersión de las primeras Normales en Provincia.
AÑO DE FUNDACIÓN |
ESCUELA NORMAL |
1849 | San Luis Potosí (mixta) |
1881 |
Guadalajara Puebla Nuevo León |
1884 | Coahuila |
1886 |
Michoacán Querétaro Veracruz (Enrique C. Rébsamen) |
Posterior a la aparición de estas escuelas en provincia del país, es que se oficializa el decreto para crear la Escuela Normal para Profesores en la capital de la República, con fecha del 17 de diciembre de 1885, teniendo lugar la inauguración el 24 de febrero de 1887 en la calle Cerrada de Santa Teresa, siendo hasta cinco años después 1890 la inauguración de la Escuela Normal para Profesoras. Es a partir de la existencia de estas dos escuelas que se termina con la facultad (ejercida por el Ayuntamiento de México) de otorgar título de profesor a personas que carecían de la preparación necesaria para el ejercicio de la docencia, de ahí la unificación de la enseñanza en la República.
A pesar de que no es el tema central a tratar, pero dada la trascendencia del mismo en el Subsistema de Normales, es que recuperamos información sobre el funcionamiento de la educación preescolar en México, en cuya capital opera justamente la escuela de párvulos desde 1880, año en que el Ayuntamiento Constitucional aprueba la apertura de una escuela para niños de 3 a 6 años, para ambos sexos, que beneficiaba a los hijos de los obreros. La inauguración de la Escuela de Párvulos No. 1, se da el 4 de enero de 1881 bajo la dependencia del Municipio, nombrando como directora a Dolores Pasos y como encargado del sistema de enseñanza a Guillermo Prieto; época en la que ya se utilizaba el juego como sistema de enseñanza preparatoria o para el ingreso a la primaria.
Para esta época, se contaba con un proyecto de “educación positivista” de gran inspiración liberal. Bajo el nombramiento por parte de Benito Juárez, es Gabino Barreda quien inicia dicho proyecto como miembro de la Comisión para organizar la Instrucción Pública, el cual fue redactado en la Ley Orgánica de Instrucción Pública del 2 de diciembre de 1867, mediante el que se intentaba consolidar un sistema nacional de instrucción único, obligatorio, gratuito y laico.
Con apego al proyecto vigente para ese momento, es que Joaquín Baranda, bajo el mandato del entonces presidente Porfirio Díaz, es nombrado Secretario de Justicia e Instrucción Pública y define, en el año de 1882, una política educativa en la que se da comienzo al reconocimiento oficial de las escuelas de párvulos. Cabe mencionar que estas escuelas de párvulos se inician con buenas intenciones, sin embargo, con el paso del tiempo se fue perdiendo el espíritu liberal que las animaba, ya que no se contaba con las orientaciones pedagógicas necesarias y se desconocían los requerimientos del niño menor de seis años, cuya función desafortunadamente no era bien valorada.
El primer dato que da cuenta sobre la fundación del kindergarten mexicano, es la Escuela de Párvulos “Esperanza”, abierta por el notable educador alemán Enrique Laubscher en el puerto de Veracruz, en 1883, ante este tipo de institución hubo mucha resistencia por parte de las familias, debido a su formalidad y a que era dirigida por un masón. En ésta se utilizaba ya el material didáctico de los Dones de Construcción de Fröbel; y a pesar de su poca aceptación, éste es el momento bajo el cual se construye una ruta nueva sobre la educación de párvulos en nuestro país.
Rosaura Zapata en condecoración
El pedagogo mexicano más destacado en la magna labor por impulsar la educación fue Carlos A. Carrillo, quien atraído al igual que Justo Sierra y Rébsamen a observar la labor de Laubscher, coopera en la fundación de la Escuela Modelo de Orizaba en el Estado de Veracruz en 1883. Personajes que tiempo después establecerían una Academia Normal de profesores.
En 1886 mediante el Reglamento Constitutivo de la Escuela Nacional para Profesores se considera al Kindergarten bajo el carácter de “Escuela de Párvulos Anexa a la Normal”, hecho con el que se reconoce oficialmente como grado preparatorio de la enseñanza primaria. Así, el 24 de febrero de 1887, entra en función oficial la Escuela Normal para Profesores de Instrucción Primaria, inaugurada por Porfirio Díaz, en la que se incluyen enseñanzas sobre educación de párvulos en los últimos dos años de la carrera.
Mediante la influencia de Manuel Cervantes Imaz y Enrique Laubscher, es que la Escuela Normal inscribió en sus planes la cátedra de Pedagogía Fröebeliana de iniciación en educación de los pequeños, la cual es impartida de manera clara por el doctor Luis E. Ruiz, y por lo que se nombra directora a la Maestra Matiana Munguía de Aveleyra del anexo destinado a los párvulos, con una asistencia inicial de 120 educandos.
Es entre los años de 1889 y 1890 que se celebran el Primer y Segundo Congresos Nacionales de Instrucción Pública, en donde Rébsamen defiende un programa sustantivo para la educación de párvulos de inspiración fröebeliana. Entonces la Escuela Secundaria para Señoritas concretó su transformación como Escuela Nacional para Profesoras de Instrucción Primaria, la cual incluía en el tercer grado un curso de pedagogía para la especialización en los más pequeños. Su consolidación se llevó a efecto el 1° de febrero de 1890 por intermediación del Ministro de Justicia e Instrucción Pública, Joaquín Baranda, anexándose a ella en 1891 la Escuela de Párvulos, la cual existía desde tres años antes como parte de la Escuela Nacional de Profesores.
La Ley de Enseñanza Primaria Obligatoria, promulgada en 1888, transformó ocho años más tarde a las cuatro Escuelas de Párvulos dependientes del Municipio en Escuelas primarias, con lo cual se marca una etapa de retroceso en el reconocimiento de la educación de párvulos. Sin embargo, es preciso decir que dichas escuelas trabajaban con graves fallas técnicas, debido a que en sus inicios se fundamentaban en la propuesta fröebeliana que concede al juego primacía en la enseñanza del pequeño.
Los Congresos Nacionales de 1889 a 1890 intentaron fundar la Escuela Nacional Mexicana con el propósito de combatir la anarquía intelectual y moral que asolaba al país, mediante principios pedagógicos que normaran a los futuros ciudadanos en un sistema nacional de educación popular unificador de las instituciones, inspirada en los grandes ideales perseguidos por la Patria, que pretendían formar no sólo al hombre, sino también al ciudadano.
De manera simultánea, las pioneras de la educación elemental en México iniciaron su labor tanto en algunos estados como en la capital. Para el año de 1894, la Escuela Normal de Profesores de Toluca contaba con una Escuela de Párvulos anexa, dirigida por Mercedes Calderón de la Barca. En 1901, al ser designado como Subsecretario de Justicia e Instrucción Pública, el Lic. Justo Sierra se esforzó para que la educación de párvulos formara parte del Sistema Educativo Nacional, planteando su autonomía y la necesidad de mejorar la formación de los docentes.
En 1902, el Ministro de Instrucción Pública, licenciado Justino Fernández, envió en comisión a los Estados Unidos a las maestras Rosaura y Elena Zapata, Laura Méndez de Cuenca y a Estefanía Castañeda, para que observaran el método fröebeliano, adoptado en Norteamérica, con la idea de perfeccionarse en la organización y funcionamiento del Kindergarten, renovando así el sistema ortodoxo. A su regreso, Rosaura Zapata trajo material seleccionado y se fue a Europa.
Es en 1903 que se designa a las maestras Estefanía Castañeda Núñez de Cáceres y a Rosaura Zapata Cano para organizar las primeras salas de párvulos de la capital con fundamentos fröbelianos y entre 1903 y 1904 se establecieron sus dos primeras grandes escuelas que llevaron por nombre “Federico Fröbel” y “Enrique Pestalozzi”. El 1° de julio de 1903 se funda la Escuela de Párvulos No. 1 “Federico Fröbel”, en la calle de Paseo Nuevo, hoy Bucareli, la cual fue articulada al programa de Estefanía Castañeda el 10 de marzo del mismo año.
El Proyecto de Programa y Organización para la Escuela de Párvulos No. 1, presentado a la subsecretaría de Instrucción Pública por Estefanía Castañeda en mayo de 1903, proponía basarse en las ideas de Fröbel y Pestalozzi, que señalaban que el objetivo del kindergarten era dar la protección y el cuidado necesarios al niño, favoreciendo paulatinamente su desarrollo y progreso. También se hacía hincapié en que la primera educación era la que preparaba el espíritu del niño para la vida de la acción, la honradez y el progreso, debido a que esta etapa temprana del niño es la que fungirá como sello y servirá de punto de partida para su desarrollo ulterior.
El Programa incluía siete grandes disciplinas perfectamente desglosadas y de inspiración fröbeliana, las cuales se emplearían desde la primera existencia con el beneplácito del amor al trabajo y excluyendo de su práctica todo resabio místico enseñanza que, por supuesto, no ajustaba ya al espíritu nacional, tanto de entonces como de ahora. Dicho programa estaba constituido por el estudio de la naturaleza, la cultura física, los trabajos manuales, los números, la música, el lenguaje y la cultura moral.
En febrero de 1904, en la colonia San Rafael de la Ciudad de México se funda la Escuela de Párvulos “Enrique Pestalozzi”, a cargo de Rosaura Zapata, en donde se introduce como norma la técnica de los llamados Centros de Interés. En el año de 1904, la entonces Dirección General de Enseñanza Normal, a cargo del profesor Alberto Correa, quien sustituyó a Enrique C. Rébsamen, apostaba por reconocer la enseñanza normal como un centro de atracción pedagógica, concibiéndola como la institución por excelencia, en la cual debían regir los mejores métodos y procedimientos para ser considerada como “generadora de maestros y llevar su influjo vivificador a los demás organismos escolares. Todos los actos de su profesorado debían revelar aptitudes pedagógicas y en la redacción de los programas, en la disciplina, en la cátedra y hasta en su conducta personal mostraría que conoce el alma de la juventud, que sabe dirigirla y que sabe amarla. Su ciencia, su habilidad para transmitirla y su vocación estarían siempre hermanadas” (SEP: 1954).
Justo Sierra, al ser nombrado en 1905 como Secretario de Instrucción Pública, pone en marcha el Programa para la escuela de párvulos, cambiando su denominación en 1907 por la de Kindergarten y dejando los programas de los planteles establecidos sujetos a la propuesta y desarrollo de las directoras, hecho con el que se empezó a madurar el proceso de autonomía que el mismo Sierra otorgaría. Y es a partir de ese año que se empiezan a expandir los kindergartens en el interior del país, fundándose siete en Zacatecas y, un año después, dos más en Sinaloa y Tamaulipas.
Hacia 1907, gracias a una beca gestionada por Estefanía Castañeda, ante Justo Sierra y el filósofo Ezequiel A. Chávez, quien era el Subsecretario de Instrucción Pública, la señorita Bertha Von Glümer Leyva viaja a la Escuela Normal Fröbel de Nueva York para estudiar la carrera de Educadora y las formas de organización de una escuela normal. Von Glümer termina sus estudios en 1909, año en que tiene la facultad de instituir el primer Curso para Educadoras de Párvulos en la Escuela Nacional de Señoritas, con una duración de dos años y después de la instrucción primaria.
El primer año Bertha Von Glümer instruía a 26 alumnas como única maestra del curso para educadoras; para el segundo año, en 1910, se incorporan como docentes Rosaura Zapata, Estefanía Castañeda y Refugio Orozco y, más tarde, Josefina Ramos del Río. Para 1911, bajo el mandato del Presidente Francisco I. Madero, se abren dos kindergartens más: el “José María Morelos”, bajo la dirección de Inés Villareal, y el “Ignacio Zaragoza”, a cargo de la profesora Refugio C. Orozco. En 1913 se crea el “Melchor Ocampo” con la directora Bertha Domínguez.
En esta época, Madero y Pino Suárez son apresados y asesinados por Victoriano Huerta quien se instala en el gobierno en febrero de 1913. Una vez levantada la revuelta armada y posterior a las múltiples incidencias políticas, Venustiano Carranza entra definitivamente a la Ciudad de México, en agosto de 1915. Justo en enero de ese mismo año los kindergartens, las escuelas primarias, elementales y superiores, las escuelas normales para profesores y la Escuela Nacional Preparatoria pasan, por decreto, a formar parte de la Dirección General de Educación Pública.
Para junio de 1917, ya siendo presidente Venustiano Carranza, los 17 kindergartens existentes fueron suprimidos del presupuesto, cuando por Decreto, el 13 de abril desaparece la Secretaría de Instrucción Pública, dejándolos bajo la responsabilidad de los Ayuntamientos, por lo que en este periodo dichos planteles fueron sostenidos por los padres de familia y las educadoras. Es a partir de 1925 que se integra a las tres escuelas normales y se transforma la enseñanza normal confiada a Lauro Aguirre quien, mediante la presentación de un proyecto para modificar a las mismas, propone llevarlas de una enseñanza rutinaria y libresca, a una escuela activa y funcional que fue aceptada, y bajo la cual se logró la reforma de aumentar a 6 años de estudio la carrera del magisterio (incluidos los tres años de secundaria).
Es así como se logra la fundación de una sola escuela normal en el Distrito Federal bajo el nombre de Escuela Nacional de Maestros, misma que albergó a los profesores rurales, misionarios, educadoras de párvulos, profesores y profesoras de primaria y técnicos con escuelas anexas. En cuestiones físicas, abarcó una extensión de terreno que incluía dos edificios, ubicados ahora en la calle Ribera de San Cosme, donde el grupo especial de Educadoras ocupó una de las alas.
En 1925, Estefanía Castañeda logra la impartición de cursos de posgrado en la Facultad de Altos Estudios de la Universidad Nacional (Filosofía y Letras). En 1926 el titular de Educación, el Dr. Puig Casauranc, encomienda a la Escuela Nacional de Maestros que resuelva el problema de la vinculación de la educación de párvulos con la escuela primaria y en ese mismo año ya se contaba con 25 planteles en la ciudad y 88 en la República. En 1927 se crea la Inspección General de Jardines de Niños, bajo la dirección de la maestra Rosaura Zapata. Dos años más tarde se continuó con la fundación de Jardines de Niños y anexos a las escuelas primarias. Es así, que para 1930, el Jardín de Niños “Lauro Aguirre” tuvo como objetivo inmediato y específico experimentar las relaciones entre los niveles de preescolar y primaria, preparando a las estudiantes de educadoras para la enseñanza en el primer ciclo de primaria.
En 1941, se estipula en la Constitución Política de México que: “La educación normal, cualquiera que sea su clase o tipo, tiene por objeto la formación de maestros para satisfacer las necesidades educativas del país”. Es hasta 1945 que fue elaborado un reglamento bajo el que deberían regularse las escuelas normales, momento en el que el profesor Francisco Larroyo, entonces Director General de Enseñanza Normal, introdujo una innovación interesante consistente en exigir a los alumnos la presentación de una tesis con experiencias obtenidas. Por otra parte, la Escuela Normal Rural nace en el país como resultado de necesidades educativas nacionales.
Es el tiempo que el Departamento de Educadoras se traslada a la calle de San Jacinto y se da inicio a la construcción de un edificio para la Escuela Nacional de Maestros en Av. México Tacuba y Av. de los Maestros, San Cosme. En 1946 los fines del programa educativo se concretaban en:
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Vigorizar la nacionalidad mexicana.
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Elevar la cultura, sobre todo las clases populares.
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Orientar la educación para servir el desarrollo económico.
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Dictar medidas para proteger a la niñez y juventud.
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Dar el más amplio apoyo a la mujer en los aspectos educativos, laboral y asistencial.
Es en 1947 cuando se inaugura el edificio de la Escuela Nacional de Maestros y en octubre del mismo año, por Decreto Presidencial y mandato de la Nación, el Lic. Miguel Alemán Valdés crea la Escuela Nacional para Maestras de Jardines De Niños, en sustitución del Departamento de Educadoras. Su primera directora fue la Profra. Guadalupe Gómez Márquez, institución que permanecía adjunta a la Escuela Nacional de Maestros. Una década más tarde se logra su traslado a la Colonia Roma compartiendo aulas con la Escuela Secundaria No. 18, pero por falta de espacio y de mobiliario no se podía dar la atención adecuada a la población escolar. Ante este requerimiento, las maestras Emma Olguín Hermida y Beatriz Ordóñez Acuña, directora y subdirectora respectivamente, solicitaron a la Profra. Guadalupe Ceniceros de Zavaleta, Directora de Educación Normal, un local propio, que fue proporcionado por toda la comunidad escolar involucrada. Fue entonces cuando la educadora Margarita Cejudo localizó, en la Colonia Guadalupe Inn, un terreno amplio que formaba parte de la escuela Primaria “Guadalupe Victoria”.
Fue entonces que el propio Presidente de México, Lic. Adolfo López Mateos, apoyó la idea y, tras las gestiones pertinentes, se dio comienzo a la edificación del plantel bajo la supervisión del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE), bajo la responsabilidad de los arquitectos Ramiro González del Sordo y Pedro Ramírez Vázquez. Finalmente, el 15 de mayo de 1960 se inaugura el edificio construido exprofeso, y es hasta el 19 de agosto del mismo año que se ocupa de manera oficial. Se distingue por ser un inmueble amplio, con aulas, oficinas, talleres, biblioteca, canchas deportivas y áreas verdes, así como un jardín de niños anexo. El 30 de noviembre de 1964, se construye la alberca y en 1973, se edifican nuevas aulas, cocina y laboratorios.
Finalmente, se reconoce el nacimiento de las escuelas normales y que se han interpretado bajo el signo de la diversidad, aclarando que su propio sentido no fue responder a un sólo proyecto ni se fundaron en un mismo momento histórico. Además, éstas se ubicaron geográficamente en puntos muy diversos del territorio nacional. A esta heterogeneidad de origen se añadieron denominaciones y condiciones diversas, que constituyen el punto de partida de los desarrollos diferenciados y complejos que hoy en día presentan las instituciones normalistas, responsables de la formación docente en el país.♦
BIBLIOGRAFÍA
- SEP, Junta Nacional de Educación Normal. México (1954). Tomo 1.
- SEP, Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños. XXV años de vida en su actual edificio (1960-1985). México (1989).
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