Retos de la educación superior frente a la globalización
Araceli Benítez Hernández
Docente de la ENMJN
Hoy en día es evidente la creciente interdependencia entre los países, lo que redunda también en la articulación de sus problemas. Al mismo tiempo, el mundo se percibe más pequeño a causa del desarrollo de las tecnologías de la información, la homologación de las políticas locales y la mundialización de las decisiones, lo que obliga a reconocer la corresponsabilidad frente a los problemas que aquejan al planeta. La expresión «aldea planetaria» representa esta situación y traduce la evolución de la humanidad.
En un mundo globalizado, la función de la educación es atender la necesidad de contar con herramientas que permitan a las personas “adaptarse cultural, social, laboral, profesional y personalmente al ritmo del cambio, cifrado en claves de nuevas concepciones culturales, de producción, de relaciones sociales, económicas, industriales, etc.” (Tejada 2000. p 1) considerando que los avances de los últimos treinta años en la ciencia y en las tecnologías de la informática y la comunicación, han provocado que las trasformaciones sociales se aprecien más rápidas, profundas y complejas.
Uno de los elementos que caracteriza a las sociedades actuales es la conversión de la formula tierra-capital-trabajo. Durante el siglo XIX y parte del XX, el trabajo fue considerado el factor generador de plusvalías y ponía en el centro de la actividad económica a los individuos cuya única posesión era su fuerza de trabajo. No obstante, la caída de las ideologías socialistas en los años 80 y la consolidación a nivel mundial del capitalismo como modo de producción, han trastocado esta idea, generando una brecha entre el trabajo físico y el trabajo intelectual. Para los últimos años del siglo XX y particularmente en los umbrales del XXI, en las llamadas sociedades del conocimiento, es precisamente el factor intelectual lo que distingue a unas personas de otras.
Ante la necesidad de atender a estas nuevas exigencias, surgen preguntas como: ¿Qué significa pensar y conocer en la era de la globalización? ¿En qué medida las formas de pensar favorecidas desde la didáctica tradicional limitan la construcción de un pensamiento más integrador que comprenda los fenómenos sociales en su forma compleja? ¿Cuál es el papel de la educación superior frente a estos retos?
Que el conocimiento tenga una función central en las sociedades actuales, tiene repercusión en las instituciones de educación superior (IES) que han visto entrar a sus espacios más privados problemas de relevancia mundial. Este hecho ha exigido a los colectivos académicos revisar sus prácticas pedagógicas para redefinir sus fines. El horizonte inmediato reclama una articulación productiva entre lo aprendido en las aulas de clase y las necesidades sociales en constante cambio. “Las transformaciones más relevantes en el terreno de lo educativo tienen que ver con que el conocimiento deja de ser lento, escaso y estable; el colegio deja de ser el canal único mediante el cual se entra en contacto con el conocimiento y la información; la palabra del profesor y el texto impreso dejan de ser los soportes exclusivos de los procesos formativos” (Tejada 2000. p 4).
Al mismo tiempo, la educación abandona el ámbito de lo nacional para situarse en la esfera de lo mundial donde “No sólo es que cada parte del mundo forme cada vez más parte del mundo, sino que el mundo como todo está cada vez más presente en cada una de sus partes” (Morin. 2005, p 33)
Frente a esta realidad, las IES enfrentan nuevos retos educativos: operar currículos flexibles y abiertos; modificar la organización académica y administrativa y revisar las prácticas de gestión, generar espacios de evaluación externa, la profesionalización de sus docentes, entre otros. Particularmente la función docente, requiere transitar hacia paradigmas que pongan mayor énfasis en los procesos de aprendizaje, teniendo como eje rector el desarrollo de competencias manifiestas en el actuar de los sujetos frente a situaciones y problemas reales en un mundo real.
Frente a un mundo globalizado, la formación profesional, requiere que las IES, reconozcan que hoy es necesario emprender un camino de transformación de sus espacios más íntimos y que, tradicionalmente, habían permanecido inalterables. Es necesario, además de repensar las estructuras académicas y administrativas, transitar hacia nuevos paradigmas que permitan comprender la complejidad de las realidades escolares. Es importante incursionar en una revolución del pensamiento que se aleje de las formas simples de conocer y explicar el mundo, y transite hacia formas complejas que permitan al sujeto actuar en él para modificarlo.
Bibliografía
Almeida, M. C. (2008) Para comprender la complejidad. Multiversidad Mundo Real
Morin, E. (1993) Tierra-Patria. Nueva Visión. Buenos Aires.
(2005) Introducción al pensamiento complejo. Gedisa. Barcelona
Velilla, M.A (2002) Manual de iniciación pedagógica al pensamiento complejo. UNESCO
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.