Descubriendo la planeación didáctica en un mercado

Descubriendo la planeación didáctica en un mercado

Coral Esmeralda Nardo Gómez

estudiante de la ENMJN

 

 

 

(En las imágenes se puede observar el pilotaje en el mercado y lo que se realizó de acuerdo a lo mencionado anteriormente)

De acuerdo con mi referente empírico, puedo decir que, al entrar a estudiar a la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños (ENMJN), yo mantenía muchos estereotipos acerca de la docencia. Cosas como: “la profesión tiene, como la luna, dos caras: la luminosa y la oscura” (Latapí, 2003), entre estos imaginarios. A decir verdad, para mí no existía la planeación didáctica, ya que me resultaba algo desconocido. Algunos maestros solían mencionar que “la planeación didáctica es fundamental para la profesión docente, es uno de los aspectos más importantes de la intervención”.

También me proporcionaban referentes teóricos que me permitían comprender a qué se referían con el concepto de ‘planeación’, la cual consiste en “prever diversos futuros con relación a los procesos educativos, a partir de esta se determinan los recursos y estrategias más apropiadas para las realizaciones favorables” (Díaz, 1990). Pero ¿realmente eso era la planeación didáctica?, la teoría lo justificaba, no obstante, yo tenía que comprobarlo, ya que parte de las competencias y habilidades que estoy desarrollando son la autonomía, la búsqueda, y es necesario que las estudiantes indaguemos lo que se nos enseña para que nuestro aprendizaje sea realmente significativo.

Coincidió que en la malla curricular del Plan 2012 de la Licenciatura en Educación Preescolar, en el segundo semestre, aparecía el curso denominado Forma, espacio y medida, impartido por el maestro Alejandro Maravilla; quien nos solicitó hacer un pilotaje en donde los niños y niñas pudieran manifestar los términos ‘vacío’, ‘mucho’ y ‘poco’. Yo no tengo hermanos/as, primos/as, ni sobrinos/as que estén en la etapa de la niñez para realizarlo. Entonces pensé que era oportuno ir a buscar lugares donde hubiera niños y niñas, para realizar mi pilotaje. El primer sitio que se me ocurrió fue un mercado que se encuentra cerca de mi hogar, pero ¿qué iba hacer con los niños y las niñas?; decidí que debíamos practicar, por ejemplo, el cepillado de dientes. Así que busqué cinco cepillos de dientes, cinco vasos desechables, una botella de agua y pensé que estaba lista para emprender esta desafiante intervención.

De este modo, fui al mercado y convencí, a través de mi discurso pedagógico, a los padres de familia para que me dejarán hacer el pilotaje con sus hijos/as, también pregunté a los niños/as si deseaban participar; posteriormente realicé mi intervención: los niños lograron el propósito de la actividad, pero después de cepillarse los dientes y quererse enjuagar, me pidieron agua y yo no contaba con la suficiente, tampoco tenía contemplados los lavabos para que arrojaran el agua, entonces tuve que comprar más agua y pedirle a una señora que nos prestara su tarja para que los niños pudieran realizar su enjuague bucal.

Después de analizar mi práctica, me di cuenta de que me faltaba prever bien a bien las actividades que realizaba, para no seguir cometiendo este tipo de errores y que mi intervención fuera más oportuna. Al día siguiente, en la clase de Forma, espacio y medida, expuse lo que había realizado; le comenté al maestro que había descubierto la importancia de la planeación y que se me hacía elemental para prever lo que vamos a realizar y así disponer de las estrategias, los materiales, los tiempos y recursos didácticos adecuados para que la intervención sea siempre significativa para los niños y niñas.

Posteriormente, me puse a buscar, en ese ámbito del desarrollo de los pequeños, el aprendizaje esperado y los conceptos que debía apropiarme, así como las relaciones de igualdad y desigualdad que implicaban la correspondencia uno a uno, la técnica del cepillado de dientes, la importancia de lavarse la boca para la salud, los recursos indispensables; asimismo reflexioné acerca de las necesidades e intereses de los niños y de las niñas para, ya con esas experiencias, a realizar de nuevo otro pilotaje, sólo que esta vez con ayuda de una verdadera planeación.

No fue difícil reconocer lo que esa experiencia enriqueció mi formación docente. Debido a que fue el primer pilotaje que realicé y mismo en el que encontré sentido y significado a la planeación didáctica, me percaté también de que todos los elementos involucrados eran como una telaraña, los cuales se relacionan entre sí y uno depende de otro, y que seguramente, si alguno de ellos no es previsto con anterioridad, la intervención se verá afectada.

Pero la planeación no sólo consiste en llenar aspectos para que nuestros maestros y maestras nos evalúen… Recuerdo una vez, cuando dialogaba con una maestra del cuso de Prácticas, la cual me decía: “mis alumnas no toman en serio la planeación, no le encuentran un sentido; me siento preocupada porque lo toman a juego y cuando lleguen a séptimo semestre se les complicará la intervención. ¿Podrías ayudarme e ir a mi salón a explicarles?, tal vez entre pares sea más significativo el aprendizaje”. De hecho, es debido a esta razón que me atrevo a redactar estas líneas, pues, en ocasiones, como estudiantes, se nos hace fácil ignorar la importancia de los contenidos que vemos en clase; sin embargo, cuando estamos dentro de la intervención, nos damos cuenta de que cada curso tiene una intención educativa que nos ayuda a construir aprendizajes significativos para poner en práctica en el ámbito escolar, profesional e, incluso, de nuestra vida cotidiana.

Debido a todo esto, es después de cada intervención que me pongo a reflexionar y auto-evaluar mi práctica docente, entonces me surgen nuevos cuestionamientos como, por ejemplo:

  • ¿Realicé un diagnóstico realmente integral?
  • ¿Las planeaciones corresponden al diagnóstico, al desarrollo, a las necesidades e intereses, son fundamentadas y tienen un sentido educativo?
  • ¿Comprendí el aprendizaje esperado que pretendía que los niños y niñas alcanzaran?
  • ¿Me puse a buscar todos conceptos que se estipulan a lo largo del aprendizaje esperado?
  • ¿Mi intervención fue oportuna o simplemente fue una improvisación debida a que no comprendí el aprendizaje esperado?

De acuerdo con estas interrogantes, puedo concluir que es indispensable que nos ayudemos con “las herramientas de la mente que más que amplían nuestras habilidades naturales: Vygotski creía que, en realidad, transforman la manera misma en que ponemos atención, recordamos y pensamos” (Bordrova, 2004). Esto nos permite comprender los conceptos que se abordarán o que estarán implicados dentro de la planeación didáctica, para tener un pensamiento lógico que nos permita tomar decisiones antes, durante y después de la intervención educativa.

“Las herramientas de la mente capacitan a los seres humanos para planear anticipadamente, dar soluciones complejas a los problemas” (Bordrova, 2004). Y sí. Los seres humanos hacemos uso de las herramientas todo el tiempo, pero en la mayoría de las ocasiones las utilizamos intrínsecamente, y es necesario que cuando vayamos a planear estemos consientes de cómo todas estas herramientas de la mente nos ayudarán en conjunto con “las funciones mentales superiores que incluyen la percepción mediada, la atención dirigida, la memoria deliberada y el pensamiento lógico” (Bordrova, 2004), permitiéndonos centrar nuestra atención en lo que estamos escribiendo, en lo que queremos realizar, en utilizar la memoria para acordarnos de los procesos de desarrollo y en lo que hemos visto en clase con el fin de plasmarlo en un documento denominado Planeación, el cual consiste en la previsión de tiempo, recursos, organización, consignas etc. y en el que debemos utilizar conscientemente las herramientas de la mente y nuestro pensamiento lógico para, de esta forma, lograr una intervención oportuna que favorezca a los niños y a las niñas.

Entonces, ¿realizar una planeación didáctica es fácil? Para mí la respuesta es que no, ya que es una tarea ardua que conlleva poner en práctica habilidades, conocimientos, realizar búsquedas y observar previamente; y eso ningún instructivo nos dice cómo hacerlo, ya que cada contexto, cada niño y cada niña son diferentes. Sin embargo, sí existen elementos esenciales que debemos tomar en cuenta. Considero que uno de los aspectos que nos definirán como profesionales de la educación es realizar planeaciones didácticas y, por lo tanto, no podemos hacerlas pensando que es simplemente un requerimiento de nuestros maestros y maestras. Es, sin duda, algo más.

 

 

Bibliografía

Bordrova, D. J. (2004). HERRAMIENTAS DE LA MENTE. MÉXICO: PEARSON.

Díaz, B. F. (1990). Metodología de diseño curricular para la educación superior de México . México: Trillas.

Latapí, S. P. (18 de Enero de 2003). ¿Cómo aprenden los maestros? Obtenido de file:///C:/Users/Coral/AppData/Local/Packages/Microsoft.MicrosoftEdge_8wekyb3d8bbwe/TempState/Downloads/como_aprenden_maestros_latapi%20(1).pdf

 

Voces Saber más

 

(liga de descarga íconos de arriba a la derecha)




La ENMJN lamenta el fallecimiento de Alejandra Cervantes Castañeda

La ENMJN lamenta el fallecimiento de la estudiante:

Alejandra Cervantes Castañeda

1998-2019

 

La Comunidad de la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños (ENMJN) lamenta el reciente fallecimiento de la joven estudiante Alejandra Cervantes Castañeda, quien formara parte del grupo 406 durante el presente Ciclo Escolar, en nuestra institución de Educación Superior. Nos unimos sensiblemente a esta pena y nos solidarizamos con sus familiares, compañeras y amigos.

Que descanse en paz.

 

 

 

 




La ENMJN lamenta el fallecimiento de la estudiante Jazmín Adriana Tovar Medina

La ENMJN lamenta el fallecimiento de la estudiante:

Jazmín Adriana Tovar Medina

 

La Comunidad de la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños (ENMJN) lamenta el fallecimiento de la joven estudiante Jazmín Adriana Tovar Medina, quien fuera parte de la Generación de Alumnas 2017-2021, e integrante del grupo 205 en nuestra institución de Educación Superior. Nos unimos sensiblemente a esta pena y nos solidarizamos con sus familiares, compañeras y amigos.

Que descanse en paz.

 

 

 

 




¿Quién soy y qué hago aquí?

¿Quién soy y qué hago aquí?: Construyendo la identidad docente

Brenda Lizbeth López Vivar

Alumna de la ENMJN

 

 

El curso “El sujeto y su formación profesional como docente”, de la licenciatura en Educación Preescolar, impartido por la Maestra Blanca Calzada, busca que las alumnas de primer ingreso hagan una reflexión sobre las múltiples razones que las llevaron a elegir la profesión de Educadora y a que reconstruyan sus saberes en torno a lo que implica esta profesión.

A través de un proceso de introspección, que va desde la recuperación de momentos importantes de su vida hasta la elaboración ordenada de su autobiografía, la alumna toma consciencia de las influencias que las llevaron a decidir ser parte del magisterio.

Como síntesis de estos ejercicios, Brenda López elaboró con gusto y empeño este singular video, mismo que comparte con toda la comunidad. Esperamos que lo disfrutes.

 

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=INMfE15UXJ4?feature=oembed&w=618&h=348]

 

 

 

 




La inclusión desde la mirada de los niños

Melisa López Velázquez ENMJN

 

La inclusión desde la mirada de los niños

Melisa López Velázquez

alumna de la ENMJN

 

 

Este texto trata el tema de las escuelas rurales, donde muchas veces el gobierno, entre tantas otras omisiones, se olvida de la educación de los niños que habitan ahí. Nosotras, como educadoras, sabemos y somos conscientes de la importancia de formación temprana de un niño o de cualquier persona, sea cual sea su origen.


Presentación del proyecto de construcción de la escuela, Pavencul.

 

En las vacaciones de diciembre de 2016, tuve la oportunidad de visitar mi pueblo originario: Pavencul, en el estado de Chiapas, cada vez que pasaba frente a la Escuela Primaria 12 de Octubre, y frente al Preescolar Sor Juana Inés de la Cruz me ponía a pensar acerca de los niños que habitan en Pavencul. Reflexionando, vino a mi mente el asunto de la educación inclusiva y de calidad que, supuestamente, debería tener el siglo XXI, a cuya razón cual me hice las siguientes preguntas:

¿Dónde se oculta la llamada “educación de calidad”?

¿Por qué no consigue llegar en cada uno de los rincones del país?

¿Por qué el gobierno no es capaz de incluir a todos?

Niños de Pavencul

 

Nos preguntaremos la razón de hacer estos cuestionamientos. He aquí mis argumentos. En Pavencul hay muchos niños desnutridos, enfermos y sin hogar, que no han sido atendidos. Ante esta situación, y como educadores, es necesario plantearnos por qué nos preocupamos más por la educación de un niño, si este ni siquiera es bien alimentado. ¿Será que el presidente de nuestro país es suficientemente capaz de ofrecer un discurso al respecto? Y si no lo es, ¿por qué pensamos que un niño puede, en efecto, aprender ante tal circunstancia de desnutrición y enfermedad? Muchas veces nos preocupamos por el aprendizaje de los niños, de los contenidos curriculares, de cobrar presencia más como escuela o estado, de competir en conocimientos; pero nos olvidamos del estado del niño, de la calidad de vida que tiene, de la situación de salud que presenta. Como educadores podemos hacer grandes cambios, empezando con acciones pequeñas que a veces creemos que no tendrán gran impacto en nuestros alumnos. Pero sí que lo tienen. Un niño sin una buena alimentación, sin una buena salud no será capaz de aprender y de estar activo en las actividades, por muy buenas que sean; su estado no le permitirá ser espontáneo y natural.

Rastrojo y mazorcas en torno a los caseríos

Al terminar la carrera me gustaría ser como Celestin Freinet (1896-1966), un gran hombre que ayudó a muchos niños y su teoría se pudo expandir a muchos países. Retomo este pedagogo porque hace mención de que la educación debe partir del interés del niño, en este caso, de su salud y alimentación, no basta con reformar los métodos de la escuela, sino que es necesario construir una escuela popular y proletaria que atienda las necesidades de educación de las clases menos favorecidas. La pedagogía impulsada por Freinet tuvo un carácter popular porque tanto él como los maestros que se adhirieron a su causa fueron educadores de escuelas públicas de escasos recursos y porque su ideología les hacía concebir una escuela preocupada por apoyar a los más necesitados.

Actualmente nos encontramos en las mismas situaciones en las que se encontraba este autor. Aunque hayan pasado muchos años, en realidad seguimos en las mismas condiciones. Freinet menciona también que debemos llevar a la práctica una pedagogía activa que esté vinculada, tanto con el medio en que se trabaja, como con los intereses de los niños.

Improvisando actividades manuales con los niños en una de las casas

Por ello, desde mi punto de vista, no podemos trabajar un mismo programa de estudio para diferentes sociedades con diferentes costumbres y prioridades. ¿Por qué no cada escuela elabora su propio programa escolar? Habiendo tantas diferencias, ¿por qué esperar lo mismo para todos los ciudadanos? Nuestro trabajo como docentes debe estar vinculado con el ambiente en que estamos inmersos. No sólo pedimos esto de parte de los alumnos, sino también de los maestros. Muchos de los maestros durante su formación o en su campo de trabajo tienen muy escasa tecnología, es difícil para ellos actualizarse, y, si lo hacen, muchas veces ni siquiera es útil, en vista del lugar donde trabajan.

El autor, desde su teoría, toma al maestro como responsable de buscar el material adecuado para llevar a cabo esa pedagogía, pues la propuesta de Freinet no radica sólo en el hecho de dar un papel activo al niño, sino en construir una escuela viva que funja como continuación natural de la vida familiar, de la vida en el pueblo, es decir, de su medio. De esta manera, se va construyendo una pedagogía unitaria, sin escisiones entre la escuela y el medio social.

Exposición de la cultura y las tradiciones de Pavencul

 

La escuela activa de Freinet parte, pues, de la actividad del niño, actividad estrechamente vinculada al medio. El niño con sus necesidades, con sus propuestas espontáneas, constituye el núcleo del proceso educativo y la base del método de educación popular. Por lo tanto, el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje no es el maestro, sino el niño.

La educación que, según Freinet, es la única capaz de ser la solución para el porvenir. La solución a los problemas de la preparación de las jóvenes generaciones en su misión técnica, social y humana, es la educación y el trabajo. Se plantea como objetivo “concebir y realizar una pedagogía que sea realmente la ciencia de la formación del trabajador en su doble función de trabajador y de hombre”, tal como lo plantea el autor.

Con lo anterior, se me viene a la cabeza la imagen de un ciudadano modelo: crítico, responsable, autónomo. Ante ese modelo, el educador debe entonces educar para la paz. El niño pasa mucho tiempo en la escuela, donde va a aprender y a formarse en un ente cívico, por eso, como maestros debemos de tomar el papel de formadores y de llevar nuestro país hacia un futuro mejor.

Una pequeña troca de carga funge como medio de transporte entre Pavencul y Tapachula

Freinet plantea una postura que defiende el estatuto lúdico de la infancia basada en el juego y en los materiales que lo posibilitan. El pedagogo francés intenta probar que hay un malentendido sobre la noción de juego. Para empezar, admite que hay un juego funcional (que opera en el mismo sentido que las necesidades individuales y sociales del niño y del hombre). Para él, esto es en definitiva una clase de trabajo: “se trata de trabajo-juego”. De aquí se deduce una primera ley:

la preocupación educativa esencial debe ser “realizar un mundo a la medida del niño, en el cual podrá entregarse a trabajos-juegos que sean susceptibles de responder al máximo a las aspiraciones naturales y funcionales de su ser”.

Habrá que preparar “técnicamente” una escuela constructiva; en la que se edifique con el trabajo como único elemento creado y en la que, en adelante, la tarea esencial de la pedagogía sea crear la atmósfera de este trabajo y, a la vez, prever y ajustar las técnicas que lo hacen accesible a los niños, de modo productivo y formativo. Estoy de acuerdo en enseñar a través del juego, ya que al niño se le hace más interesante y atractivo aprender, además de que representa una agradable forma de facilitar su aprendizaje.

Tacana, volcán fronterizo entre México y Guatemala, visto desde Pavencul.

En suma, puedo decir que la educación tiene que estar acorde a la complejidad de pensamiento del niño, de sus intereses y de sus prioridades. No debemos imponer cosas que no conocen y que no les servirán en una vida futura. Además, también es necesario tomar en cuenta sus condiciones de vida, como la alimentación y la salud. Las actividades escolares deberán partir del interés, de las necesidades del niño y, por lo tanto, los trabajos estarán percibidos por el niño como tareas útiles y como retos.

Por otra parte, para cultivar el interés y mantenerlo vivo, hemos de buscar las estrategias más apropiadas para que el niño sienta la necesidad y la importancia, individual y social, de todo cuanto que hace. Entonces la labor del maestro se limitará a ayudarle a avanzar.

 

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¿Por qué hablar de Pancho Villa en un Jardín de Niños?

¿Por qué hablar de Pancho Villa en un Jardín de Niños?

¿Por qué hablar de Pancho Villa en un Jardín de Niños?

El papel de la Historia en el aula cuando no es requerida oficialmente

Autoras:

María de la Luz Rosado Bosque Gómez

Docente de la ENMJN

Jacqueline Vázquez Jiménez

Alumna de la ENMJN

 

José Doroteo Arango Arámbula, conocido por todos como Pancho Villa, fue un líder nato de la Revolución que combatió por la injusticia social, la desigualdad y la pobreza de sus “hermanos de raza y sangre,” como él mismo los llamaba. Junto a Emiliano Zapata luchó contra la dictadura de Porfirio Díaz con la invitación del gobernador de Chihuahua Abraham González, quien, por alguna extraña razón, siempre confió en él y a su vez, Francisco Villa, siempre lo tuvo en gran afecto y consideración, incluso después de su muerte.

Pancho Vill ENMJN revistavoces.netFue un hombre bien “bragado”, como él mismo nombraba a los hombres valientes; temido por sus enemigos para los que era implacable y cruel, pues cuando se enojaba se le inyectaban los ojos de sangre, su mirada se tornaba fulminante y sin piedad; pero, por otro lado, podía ser muy tierno y estremecerse hasta las lágrimas, de todo corazón; como cuando lloró ante la tumba de Francisco I. Madero, el presidente víctima en la Decena Trágica junto con el vicepresidente José María Pino Suárez, o bien, cuando se enteró de la muerte de su hijita Luz Elena Villa Corral, en Chihuahua, ante su esposa Luz Corral, a cuyas faldas, terminó abrazándose.

Francisco Villa (como después él se llamó legítimamente debido por vena de su abuelo) nació el 5 de Junio de 1878 en La Coyotada San Juan del Río, Durango. Ahí, desde pequeño tuvo la necesidad de trabajar como mediero en la hacienda de la familia López Negrete para ayudar al sustento de sus hermanos con las cosas más básicas, y a su madre, Micaela Arámbula, la cual había quedado viuda.

Francisco Villa haciendo una pausa en su campamento de combate.

 

Siendo Francisco el mayor de sus hermanos, fue solitario en su infancia y tuvo como único compañero personal a su burro “Canelo”, el cual acompañaba sus sentimientos en su gusto por la naturaleza; no pudo asistir a la escuela, y eso le dolió toda su vida. No obstante, aprendió a leer y escribir por sí mismo, y cuando se retiró voluntariamente a la Hacienda de Canutillo, en el final de su vida revolucionaria, asistía todos los días a la escuela “Felipe Ángeles” que él mismo construyó.

En efecto, por las circunstancias en que vivía, no pudo asistir a la escuela. De hecho, un día tuvo la necesidad de escapar de “la justicia”, una ocasión, a los 17 años, llegó de trabajar y vio cómo su patrón trataba de ejercer el “derecho de pernada” con su hermana “Martina” y llevársela para su casa, no importándole las súplicas de su madre de que no lo hiciera y la dejara. Ante tal escenario, fue por la pistola de su primo y en defensa de su familia le disparó en una pierna y huyó del lugar para el monte de donde no podría bajar tan fácil pues lo matarían.

Volla adolescente
Como muchos, Francisco Villa también fue un adolescente

A partir de esa escapatoria se convirtió en un prófugo, por lo que tuvo que dedicarse al vandalismo para poder sobrevivir, lo cual no le fue fácil pues fue víctima a su vez de bandoleros y la poca experiencia hizo que padeciera hambre y sed. No obstante, poco a poco fue sobreviviendo y conoció a la banda de Ignacio Parra y José Solís, de la que más tarde se separó al saber que este último había asesinado a un anciano.

Villa, al haber sido todo el tiempo perseguido por la justicia, terminó por ayudar lo más que podía a los necesitados, pues él mismo pasó duras necesidades desde su más tierna infancia. En dos ocasiones fue encarcelado al ser atrapado por la “Acordada”, que era la policía de esa época. Sin embargo, pronto logró escapar y, desde entonces, se descubrió como líder nato y se consagró auténticamente a su gente, a la que siempre cuidó y procuró, ya sea como bandolero o como General en jefe de la División del Norte. En cuanto llegaba un bastimento de comida o de uniformes, siempre lo destinaba a su gente, él mismo decía que debía de darles lo mejor, un ideal que los comprometiera, para que estuvieran a la altura en caso de alguna emboscada enemiga.

En la Hacienda de Canutillo en Durango, retirado en las labores del campo y con su gente, se levantaba a las 4:00 de la madrugada para ayudar a sembrar, arar y reconstruir la hacienda donde al fin hubo telégrafo, electricidad, correo, médico, carpintería, talabartería, zapatería, sastrería, molino, herrería y tienda, entre otras cosas, además de la mencionada escuela “Felipe Ángeles”, que toda la semana fungía como centro de congregación en la que habitaban los niños de los alrededores y los adultos que deseaban tomar clases nocturnas.

Se contrató a los maestros necesarios, de hecho, ellos mismos aceptaron trabajar ahí de forma voluntaria. Se les pagaba su sueldo y, cuando salían de vacaciones, “Villa les daba dinero de su propio peculio”. No gastaban ni en comida ni en vestido ni en vivienda, pues todo eso se les proporcionaba en la hacienda, de modo que podían ocupar su sueldo para otros requerimientos o gustos. Él mismo decía: “de pagarle a un general o a un maestro… primero le pago a un maestro”.

¿Por qué hablar de Pancho Villa en un Jardín de Niños?
¿Por qué hablar de Pancho Villa en un Jardín de Niños?

 

Muere prematuramente el 20 de Julio de 1923 en Parral, Chihuahua, en la calle de Gabino Barreda, asesinado en una emboscada, producto de un complot cuando él mismo conducía su automóvil Dodge con algunos de sus allegados y el chofer. Tras ser acribillado por pistoleros profesionales con balas expansivas que le destrozaron el corazón, el codo y la mano derecha, le hirieron gravemente en el abdomen y la cabeza. Al parecer, la conspiración estuvo a cargo del presidente Álvaro Obregón, quien fuera su compañero de armas. Villa, antes de morir y estando consciente de su muerte tras chocar con un árbol, dijo: “No me dejen morir así, digan que dije algo” y su caballo se quedó esperándolo ensillado en la Hacienda.

Si juzgamos a Villa superficialmente: por haber sido prófugo, tenido muchas mujeres, hijos por todas partes, se podría decir que no es la persona indicada para hablar en un Jardín de Niños. En suma, nos preguntaríamos: ¿Cuál es la mejor manera de hablarle a un niño de preescolar de un revolucionario?

Pancho Villa, revolucionario
Pancho Villa, revolucionario

Lo ideal es no hablar de eso que a veces no resultó muy apropiado en sus acciones (aunque obviamente tenemos que contextualizar la época para entenderlas, como la Ley Juárez a la que estaba obligado a cumplir por órdenes de Carranza, etc). Es claro que a un niño de preescolar no se le hablará de datos como éstos. Al contrario, es preciso contarles todo lo bueno que hizo, las cosas tan humanas que consiguió para su pueblo. Si se les habla de un Villa destacado en el trabajo, en sus ideales, que quería mucho a los niños y se preocupaba incluso por los ajenos; si con todo eso se lleva los preescolares a una reflexión, es un hecho que se quedarían con un buen aprendizaje.

Si consideramos tanto el Plan de estudios en materia de educación preescolar como el desarrollo del menor, no es adecuado hablarle a un niño pequeño sobre la Revolución Mexicana como movimiento social-político. No obstante, propondríamos una planeación para enseñarles cómo y quién es Francisco Villa, hablando de lo que significa un héroe para ellos, y porque esa es justo la figura que se aviene a Villa. Así, si observamos el campo formativo de Lenguaje y Comunicación los niños, en la competencia en que el niño “obtiene y comparte información mediante diversas formas de expresión oral,” será posible darle un panorama más amplio de lo que es un héroe: no una persona lejana o ajena que vivió en una época pasada y ya no tiene más trascendencia, sino, al contrario, alguien particular y familiar que hizo cosas buenas por los demás y dejó un aprendizaje en los niños. Esto sería hacer una buena reflexión histórica y de ellos mismos.

Francisco Villa, presencia en los medios digitales
Francisco Villa, presencia en los medios digitales

 

Por lo visto, debemos ir implementado el gusto por la Historia desde pequeños, ya que poco a poco, al menos en nuestro país, se va declarando una tendencia a dejarla de lado. Muchas estudiantes de preescolar dicen que se les hace algo aburrido, pero no se dan cuenta lo útil que es conocer su Historia, reducir la ignorancia y saber que hay cosas mucho más allá que los programas de televisión, en donde sólo se miente y se pretende entretener, haciendo perder el tiempo de la peor manera posible. Muy pocos son los programas educativos o productivos; la mayoría son de intereses netamente comerciales, o peor aún, otros tantos que resultan degradantes del ser humano y de su capacidad de pensamiento.

Nosotros como sociedad caemos en ese error: no investigamos, no leemos, no nos gusta indagar más allá de lo que se nos da. Por todo esto, es tiempo de hacer que nuestros niños, que serán y están siendo el futuro de México, se preparen para ser personas investigadoras, y esto sólo se logra inculcándoles, desde pequeños, el amor a la Historia, a la patria y a todos aquellos que fueron y son héroes anónimos, muchas veces incomprendidos, pero con muchas ganas de salir adelante y de ver por los otros, sus compatriotas, sus “hermanos de raza y sangre”.♦

 

Voces Saber más

¿Quieres saber más sobre Francisco Villa? VOCES te da algunas pistas:

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