Apropiación Tecnológica en la Formación Docente de Preescolar (TIC, TAC, TEP)
Manuel Espartaco López Sáenz
Docente de la ENMJN
Correo: maeslosa@yahoo.com.mx
Fotografía: Agustín Roqueñi Retana
PARTICIPA EN EL INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN AL FINAL DEL TEXTO

Dedicado con respeto y agradecimiento a las Docentes en Formación de los grupos 103 y 105 en la LEP 2012 de la generación 2017 – 2021 en la ENMJN
Las sociedades a nivel mundial viven tiempos de cambio sumamente sugerentes, la historia de la humanidad se encuentra inmersa en una de sus más grandes transformaciones de mano del ingenio, la innovación, el desarrollo científico y tecnológico. Los sujetos de principios del siglo XXI somos testigos de cambios profundos en la dinámica social, política y económica del mundo, tal como lo plantea Alvin Toffler (1979) en su libro La Tercera Ola, bajo el supuesto de la ocurrencia de dos grandes olas en la historia de la humanidad como antecedentes del momento actual: la primera ola, de la llamada sociedad agrícola, caracterizada por la producción para el autoconsumo; la segunda ola, de la llamada sociedad industrial caracterizada por la producción en masa y el consumo irracional; y, finalmente, la tercera ola, de la llamada sociedad de la información, que es la que convivimos analfabetos, migrantes y nativos digitales y donde existe un alto flujo de información que demanda un nuevo actor: el prosumidor.
Esta sociedad plantea nuevos procesos de interacción entre los sujetos a partir del consumo inteligente de información y la producción de contenido propio, la difusión estratégica de información, conocimiento y la construcción de redes de aprendizaje, aprovechando más allá de límites de espacio y tiempo los altos niveles de conectividad que se hacen posibles a través de las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

En el ámbito de la ciencia, la generación, aplicación y distribución del conocimiento ha habido diversificación, se han roto barreras geográficas, culturales y disciplinares gracias, entre otros aspectos, como las posibilidades de conexión, el intercambio y la colaboración entre grupos de especialistas a través de las TIC formando redes científicas que dinamizan el acceso a la información y la aplicación del conocimiento generado en diferentes contextos y por distintos actores.
Así, en un ámbito estratégico para la evolución de toda sociedad, como es el caso de la educación, convendría detenernos un momento para mirar más de cerca cuáles son las exigencias, los retos y las oportunidades que sociedades como las nuestras nos plantean para llevar a cabo la tarea educativa. Es decir:
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¿Qué tipo de currículum es el que requerimos?
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¿Qué tipo de prácticas educativas?
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¿Cuáles son los nuevos roles del docente y los alumnos en este contexto?
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¿Qué escuela es la que necesitamos?
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Y, sobre todo ¿Cómo podemos aprovechar el potencial educativo de las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación?
A estas preguntas trataremos de dar respuesta en estas líneas, con la perspectiva puesta en el nivel de Educación Superior, particularmente, en la formación de Docentes de Educación Preescolar en la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños de la Ciudad de México (ENMJN), retomando la experiencia de trabajo en el curso La Tecnología Informática Aplicada a los Centros Escolares del Plan de estudios 2012 en el ciclo escolar 2017 – 2018 y, a su vez, en los grupos 103 y 105 del segundo semestre de la Licenciatura en Educación Preescolar.

¿Y qué es concretamente la llamada Sociedad de la Información? A tal respecto, Crovi Druetta (2002) señala que este tipo de sociedad se encuentra caracterizada por:
Un modo de ser comunicacional que atraviesa todas las actividades (industria, entretenimiento, educación, organización, servicios, comercio, etc.). En este tipo de organización social la información ocupa un lugar sustantivo y se convierte en una fuente de riqueza. Se produce un crecimiento rápido de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), mismas que repercuten en todos los sectores sociales. (Crovi Druetta, 2002, p. 16).
En ese mismo sentido, Drucker (1960) pronosticó la emergencia de una nueva capa social de trabajadores del conocimiento y una tendencia hacia lo que denominó la sociedad del conocimiento. Por su parte, Krüger (2006) señala que ese tipo de sociedad contempla una estructura económica y social, en la que el conocimiento ha sustituido al trabajo, las materias primas y al capital como fuente más importante de la productividad y el crecimiento, y donde los saberes y recursos cognitivos se encuentran en el centro de la actividad humana y la dinámica social.

Por su parte, el sociólogo Manuel Castells (2002) propone un análisis un tanto más sugerente de este tipo de sociedades contemplado en tres dimensiones: producción, poder y experiencia, atendiendo al mismo tiempo tanto la organización de la economía, del Estado y sus instituciones, como las formas de significación creadas por las personas mediante la acción colectiva, todas fuentes de dinámicas sociales entendidas en sus propios términos y en relación con las demás.
Así, para Castells (2002) una Tecnología de la Información y la Comunicación, como lo es Internet, expresa los procesos, intereses, valores e instituciones de la sociedad; su especificidad constituye la base material y tecnológica de lo que denomina como la sociedad red, que es la infraestructura tecnológica y el medio organizativo que permite el desarrollo de una serie de nuevas formas de relación social, las cuales no tienen su origen en Internet, pues son fruto de una serie de cambios históricos que, no obstante, no podrían desarrollarse sin Internet.
De esta manera, la sociedad propuesta en el análisis de Castells (2002) contempla una estructura social en torno a redes de información a partir de la tecnología de información microelectrónica estructurada en Internet. Así, de acuerdo con el autor, Internet no es simplemente una tecnología; es más bien el medio de comunicación que constituye la forma organizativa de las sociedades que procesan la virtualidad y la transforman en nuestra realidad, constituyendo la sociedad red, es decir, la misma sociedad en que vivimos.

Ahora bien, la emergencia de nuevas dimensiones, sistemas y prácticas culturales de carácter universal, sin que esto implique renunciar a las particularidades de cada contexto, es propia de las llamadas tecnologías digitales; su accesibilidad es cada vez más generalizada, así como el carácter de híper-conectividad que tales recursos proporcionan lo hacen posible, tanto como la variedad de usos y formas de apropiación social que hoy observamos a nivel mundial lo sugieren.
Al respecto, autores como Pierre Levy (2007) denominan cibercultura al sistema cultural convergente con la tecnología, mismo que se encuentra en constante movimiento a través del flujo tecnológico de carácter dual (hombre-máquina) y que abarca un espectro amplio de posibilidades creativas y de comunicación ya existentes, pero a las cuales se suman los recursos de la llamada inteligencia artificial y la interconectividad. Este carácter dinámico y heurístico de las prácticas sociales, en el espacio digital, francas expresiones de la cibercultura, las convierten en un objeto de estudio viviente sumamente interesante, cuya situación actual y prospectiva sugieren un potencial de transformación social amplio que, a su vez, se encuentra estrechamente relacionado con el desarrollo de habilidades específicas por parte de los usuarios, mismas que configuran el proceso de apropiación cultural sobre tales recursos.
Por su parte, sobre la concepción de cibercultura como categoría de análisis, Rueda Ortiz (2008) propone lo siguiente:
La cibercultura como un campo de estudio a partir del cual es posible comprender las transformaciones culturales ligadas a la introducción de tecnologías digitales en las sociedades contemporáneas y, en particular, en las del denominado Tercer Mundo, a través de relaciones complejas de entramados tecno-sociales, en tres ámbitos, a saber: el ejercicio del poder, la acción social colectiva y la experiencia estética (Rueda, 2008, p. 8).

De esta manera, dentro de los retos fundamentales que plantea el desarrollo de la Sociedad de la Información y el conocimiento con sus altos niveles de conexión y componente ético moral, se encuentra el abatimiento de las llamadas brechas digital y cognitiva.
Al respecto, Servone (2002) señala que la brecha digital está relacionada con la desigualdad socioeconómica entre aquellos sectores que pueden acceder a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y los que lo hacen en menor medida, es decir, entre quienes tienen acceso cotidiano y/o eventual a Internet, computadoras, telefonía celular, conexión de banda ancha y otros dispositivos. Mientras que la brecha cognitiva, según Meneses (2011), se refiere a las capacidades digitales (propias de la cibercultura de nuestro tiempo) para poder apropiarse de los contenidos de Internet teniendo un nexo directo con la educación.
Así, Dolors Reigs y Vílchez (2013), en el estudio Los Jóvenes en la Era de la Hiperconectividad: tendencias, claves y miradas, refieren que, dentro de los cambios más profundos que está experimentando la sociedad actual, se encuentra la presencia de las llamadas tecnologías de la información y la comunicación en diferentes ámbitos de la vida social y personal. La pregunta ya no es ¿cómo podemos aprender mejor con las TIC?, sino ¿cómo las TIC están ya influyendo en dimensiones tan importantes como la economía, la política o la educación, revolucionando con ello la vida de los sujetos?

En cuanto a las llamadas alfabetización digital e informacional, Bawden (2002) refiere que éstas contemplan el desarrollo de habilidades en el uso y apropiación de las TIC, la búsqueda o filtrado de información por su veracidad y calidad, la capacidad de síntesis, la orientación a proyectos futuros, la creatividad, la concentración, entre otras. Éstas configuran nuevas exigencias para los sujetos y, en muchos casos (sobre todo niños y jóvenes), las características y habilidades con las que ya se cuentan y cuyas manifestaciones observamos en este mundo hiperconectado. Al respecto, Reig (2013) propone:
Una manera de profundizar en la cuestión de cómo se comportan los jóvenes en el nuevo ecosistema es observarles, tal y como hicieron desde la Fundación McArthur durante tres años, hasta 2008, en el conocido estudio etnográfico Living and Learning with New Media (Ito et al: 2009). Las conclusiones presentaban lo que ellos llamaban las tres formas básicas de participación en los nuevos medios y podrían entenderse también como la evolución del uso, de la apropiación de las tecnologías si las ponemos en relación con la clasificación TIC, TAC, TEP (tecnologías de la información y la comunicación, tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento y tecnologías para el empoderamiento y la participación, ya auténtica) (…) Otros estudios confirman la relación entre participación online e implicación política, tanto en adultos (Pew: 2011) como en jóvenes. En este último caso, la Fundación MacArthur de nuevo (James et al: 2009) destaca que aquellos jóvenes que persiguen sus intereses online son los más implicados en cuestiones cívicas” offline: pasar tiempo en comunidades online parece promover la implicación con la sociedad, potenciar con la red de redes la implicación política, el voluntariado, la solución de problemas comunitarios y las actividades de protesta (Reig, 2013, p. 51).
Lo anterior nos plantea nuevos escenarios, oportunidades y retos en el ámbito educativo formal, como en otras dimensiones de nuestra vida, y es que se hace imprescindible reconocer y trabajar de manera consiente y sistemática en la apropiación de los recursos tecnológicos por parte de los sujetos, que, de acuerdo con Sagástegui (2005), es entendida como la construcción de sentidos y significados por parte de los usuarios en torno al descubrimiento de nuevas posibilidades en el uso de los recursos (TIC,TAC,TEP) para resolver problemas y/o potenciar su desempeño en distintas tareas.

Por supuesto, tal escenario implica la observancia de un comportamiento que subyace a la llamada Ética hacker, misma que Assange (2013) asume como el conjunto de valores y prácticas dentro de la red (aunque no de manera exclusiva) tendientes a promover el acceso y la distribución libre de información, por su relación con el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas.
Así, algunas de estas oportunidades y retos se refieren a los nuevos roles y ámbitos de desempeño de los profesionales de la educación y de los estudiantes quienes, hoy más que nunca, deben asumir un carácter proactivo y auto-gestivo en sus procesos, tanto de formación como profesionalización en los distintos niveles educativos, a través de la búsqueda y la valoración crítica de información y el acceso a espacios formativos en línea, como es el caso de los llamados MOOC (por sus siglas en inglés); así como la formación de redes de aprendizaje y de trabajo colaborativo.
Al respecto, se hace referencia a la experiencia de trabajo con los grupos 103 y 105 durante el primer y segundo semestres de la Licenciatura en Educación Preescolar (LEP 2012), dentro de las actividades correspondientes a los cursos de Las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la Educación y La Tecnología Informática Aplicada a los Centros Escolares durante el ciclo escolar 2017-2018.

Estos cursos formaban parte de la malla curricular de la LEP 2012 (hoy, lamentablemente, eliminados en el plan 2018) y se ubicaban en el trayecto formativo Lengua Adicional y Tecnologías de la Información y la Comunicación con una carga horaria de cuatro horas semanales, por espacio curricular, teniendo una fuerte orientación hacia el desarrollo de habilidades digitales, informacionales y pedagógicas que permitían el uso educativo de estas para diversificar y potencializar la experiencia de formación inicial en los estudiantes normalistas y la utilización de los recursos tecnológicos, como una herramienta educativa fundamental en el nivel de educación básica.
Dentro de las competencias del perfil de egreso de la LEP 2012 y las competencias específicas de estos espacios curriculares se encontraban las siguientes:
CURSO |
COMPETENCIAS DEL PERFIL DE EGRESO |
COMPETENCIAS ESPECÍFICAS DEL CURSO |
Las TIC en la Educación |
*Usa las TIC como herramienta de enseñanza y aprendizaje.
*Propicia y regula espacios de aprendizaje incluyentes para todos los alumnos, con el fin de promover la convivencia, el respeto y la aceptación.
*Actúa de manera ética ante la diversidad de situaciones que se presentan en la práctica profesional.
*Utiliza recursos de la investigación educativa para enriquecer la práctica docente, expresando su interés por la ciencia y la propia investigación. |
*Utiliza de manera crítica y creativa las herramientas de productividad para la solución de problemas y toma de decisiones en el contexto escolar.
*Aplica herramientas y recursos de las TIC para obtener, comunicar, colaborar y producir información de calidad que contribuya al desarrollo de competencias genéricas y profesionales del futuro docente.
*Desarrolla proyectos basados en el uso de las para ayudar a los estudiantes a producir soluciones pertinentes a problemas de la actividad docente.
*Genera entornos de aprendizaje flexibles
en el aula integrando las TIC para favorecer el aprendizaje significativo y colaborativo de los alumnos de educación básica.
*Actúa de manera ética ante el tratamiento de la información. |
La Tecnología Informática Aplicada a los Centros Escolares |
*Diseña de planeaciones didácticas aplicando sus conocimientos pedagógicos y disciplinares para responder a las necesidades del contexto en el marco del plan y programas de estudio de la educación básica.
*Genera ambientes formativos para propiciar la autonomía y promover el desarrollo de las competencias en los alumnos de educación básica.
*Usa las TIC como herramienta de enseñanza y aprendizaje.
*Emplea la evaluación para intervenir en los diferentes ámbitos y momentos de la tarea educativa.
*Propicia y regula espacios de aprendizaje incluyentes para todos los alumnos con el fin de promover la convivencia, el respeto y la aceptación. |
*Usa herramientas digitales (objetos de aprendizaje, herramientas de colaboración y educación en línea, software libre para la educación, herramientas para la gestión de contenidos en la web, entre otras) en las que identifica el potencial educativo para su uso.
*Planea el uso de las herramientas acordes
a los ambientes educativos y evalúa el impacto que tienen en el aprendizaje de los estudiantes.
*Crea, revisa y utiliza comunidades virtuales educativas asumiendo diferentes
roles (docente, estudiante, administrador) con un comportamiento ético dentro de la misma. Utiliza las aplicaciones propias de la plataforma que considera apropiadas para el desarrollo de una asignatura. |
Asimismo, tanto en la Malla curricular de la LEP 2012, con en el caso de la LEP 2018, se plantea un carácter de transversalidad de contenidos educativos, tales como los relacionados con la utilización de las TIC como herramientas de aprendizaje, de investigación y de enseñanza.
Al respecto, Velásquez Sarria (2009) señala:
En el ámbito educativo, entonces, la transversalidad se refiere a una estrategia curricular mediante la cual algunos ejes o temas considerados prioritarios en la formación de nuestros estudiantes, permean todo el currículo, es decir, están presentes en todos los programas, proyectos, actividades y planes de estudio contemplados en el Proyecto Educativo Institucional –PEI– de una institución educativa (Velásquez, 2009, p. 128 – 129).
Sin embargo, el solo planteamiento de estos componentes educativos es insuficiente si no se consideran las características del proceso de alfabetización digital e informacional de los formadores y de los docentes en formación, quienes requieren de espacios de profesionalización y de carácter curricular explícitos, respectivamente, relacionados con el uso de los recursos tecnológicos.

En ese marco de discusión, la intervención docente, en los cursos ya referidos, implicó la recuperación de experiencias de las estudiantes respecto del uso de plataformas de aprendizaje en línea y la apertura del espacio, dentro de las actividades del curso, para que las docentes en formación pudieran explorar diferentes plataformas y seleccionar alguna que ofertara espacios formativos de su interés vinculados a la formación docente como estrategia para el fortalecimiento de su formación inicial en la ENMJN, así como la diversificación de la experiencia educativa y el desarrollo de habilidades digitales e informacionales que explora distintas posibilidades de los recursos tecnológicos, ya sea como medios para la búsqueda, selección, consumo, difusión y producción de información, y como herramienta de construcción del conocimiento y desarrollo de aprendizajes y/o para el trabajado colaborativo.
La experiencia a la que se hace referencia tuvo principalmente, como medio de aprendizaje en línea, la plataforma https://www.coursera.org/, la cual permite el acceso dentro y fuera de la escuela a espacios formativos ofertados por Instituciones de Educación Superior, asimismo dentro y fuera del país, así como la interacción con estudiantes y maestros de distintas regiones de México y del mundo; haciendo posible el intercambio cultural y el ejercicio de autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación.
Las experiencias expresadas por las estudiantes, al ser entrevistadas, permiten identificar el nivel de impacto en su formación promoviendo la lectura transversal del currículum bajo el que se están formando, identificando las conexiones entre los espacios de estudio relacionados explícitamente con el uso educativo de las TIC (TAC, TEP) y aquellos que lo plantean de manera implícita, pero también permitiendo la construcción de una agenda formativa propia para cada estudiante, es decir, abonando al papel autogestivo del docente en formación dentro de su proceso de formación inicial.

Dicho proceso también es develado en los ejercicios analítico-reflexivos, tanto de autoevaluación y coevaluación generados a través de la elaboración de portafolios digitales en la plataforma https://es.wix.com/, en los cuales las estudiantes muestran sus evidencias de aprendizaje, reflexionan sobre ellas a partir del nivel de cumplimiento de sus propios objetivos de aprendizaje, incluyen evidencias de los cursos en línea y someten al escrutinio, de manera online, su proceso de aprendizaje, asumiendo el rol de consumidores y productores de contenido en la red.
Para concluir este trabajo, se propone a los lectores la realización de un ejercicio de hetero-evaluación anónima con rúbrica (Ver documento anexo) a partir de la revisión y del análisis de alguno de los portafolios de su elección, elaborados por cada una de las docentes en formación, verificando así sus aprendizajes con respecto a lo señalado a lo largo del documento. De antemano gracias por su participación en este instrumento, ya que será de gran utilidad para el constante mejoramiento del proceso de enseñanza-aprendizaje en nuestra institución formadora.
INSTRUMENTO:
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FUENTES DE CONSULTA
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