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De ética y preposiciones

De ética y preposiciones

Araceli Benítez Hernández

docente de la ENMJN

 

 

 

Sólo el hombre, entre los animales, posee la palabra. La voz es indicación del dolor y del placer, por eso también la tienen otros animales. (…) En cambio, la palabra existe para manifestar lo conveniente y lo dañino, así como lo injusto y lo justo. Y eso es lo propio de los humanos frente a los demás animales: poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto y las demás apreciaciones

Aristóteles

 

 

¿Puede alguien, en pleno siglo XXI, negar la relación manifiesta entre ética y lenguaje? El hombre evolucionado[1], poseedor exclusivo de la palabra, cuando habla trasciende el nivel de comunicar necesidades básicas. El lenguaje no es un impulso, no es una reacción; es un código construido y aprendido socialmente. Por ello, en su ejecución contextualizada, histórica y cotidiana, adquiere lo esencial del ser humano: su capacidad de expresar sentimientos, emociones, estados de ánimo. Al hablar nos mostramos como seres históricos. Las personas comunican por medio de la palabra cosas objetivas y subjetivas. El tiempo, el espacio, el infinito, el amor, el odio, Dios, lo bueno y lo malo, la democracia, la inclusión… Absolutamente todo, puede ser expresado a través del lenguaje humano compuesto por palabras[2].

La palabra regula, establece límites, ubica. Con su uso, los sujetos, además de comunicarse, interpretan, dilucidan, descifran, perciben, piensan, reflexionan, imaginan, se identifican, se saben, se construyen. Hacer uso del lenguaje humano humaniza, pues permite la comprensión del ‘yo’, del ‘mí mismo’, de ‘los otros’ y de las relaciones entre ‘nosotros’ …. Con el lenguaje nos hacemos humanos[3].

Todo lenguaje consta de fonología, semántica, gramática y pragmática, componentes que interrelacionan complejamente. Parte de la inteligencia humana radica en la posibilidad de identificar esas complejidades situadas en un contexto[4] y expresarlas mediante la palabra. Su importancia estriba en poder establecer, dependiendo de la circunstancia, los procesos comunicativos que permiten el desarrollo de la vida cotidiana. Un elemento importante en el lenguaje oral son las palabras, las cuales se clasifican en categorías gramaticales organizadas en clases. Así, distinguimos los sustantivos o nombres, los pronombres, los adjetivos, los adverbios, los verbos, las preposiciones, las conjunciones y los artículos.

Atendiendo el objetivo de esta reflexión, abordaré particularmente las preposiciones. En un documento de difusión, la Universidad EFAIT de Colombia (s/a) señala:

Las preposiciones tienen como función sintáctica unir palabras o frases dentro de un enunciado. También cumplen la función semántica de concretar el significado de la palabra siguiente con relación a la anterior y sirven para indicar lugar, tiempo, destino, causa, modo, etc.

Por esta circunstancia, las preposiciones no tienen equivalentes directos válidos en todos los casos. Su sentido varía según el contexto y la intensión con que se utilicen y su función principal es dar coherencia y sentido a la oración. (Richmond, 1998).

Existen dos posturas en relación a las preposiciones. Una considera que, en sí mismas, carecen de valor comunicativo y son dependientes de las palabras que relacionan (Cano Aguilar, citado por Vicente. 2000). En contraste, hay quien considera que el valor real de las preposiciones radica en su uso pragmático (Porto Dapena, 1987).[5] Desde este enfoque, se considera que el uso de una preposición, y no de otra en un texto, atiende a la carga intencional (al sentido valorativo) de la oración. La decisión de utilizar una preposición en vez de otra depende del valor pragmático, dado y asumido por quien la usa. Su elección de una u otra atiende a aspectos subjetivos que tienen que ver con un matiz de sentido que le asigna el hablante. Optar por una preposición es una acción que debe ser entendida desde un enfoque más amplio que el lingüístico. Esto implica conocer la circunstancia y el contexto en los que se da la comunicación, así como la condición con la que, el comunicante, toma la decisión.

Comprender el uso de una preposición permite reconocer lo humano del hablante, del comunicador, del creador del discurso. La comunicación no es un acto solitario, siempre es un diálogo con otros, consigo mismo, con un ente superior, etc. Es un acto dinámico, creador, es la co-construcción de un bucle ascendente. Hablar nos eleva. En ese proceso, el uso de una palabra, una conjunción, un verbo, una preposición etc., resulta determinante. Al hablar el comunicador descubre su ser, se muestra, se expone, se visibiliza ante los otros. Un comunicador al incluir un ‘entre’ en su discurso, pone en juego su estado anímico, su experiencia, su conocimiento. Su ser todo se manifiesta cuando opta por un ‘por’ o por un ‘para’, cuando se inclina por un ‘con’ o por un ‘en’.

Siguiendo esta lógica, y para fines expositivos, abordaré las preposiciones ‘en’ y ‘con’.

 

Entre ‘en” y ‘con’, un salto ético

¿Qué significa elegir entre las preposiciones ‘en’ y ‘con’? La preposición ‘en’ tiene varios significados. Se puede usar para señalar lugar “lo pusimos en un recipiente”. Se usa también para dar un sentido de tiempo ya sea pasado, presente o futuro: “Estaré ahí en dos horas”; “Ocurrió en el renacimiento”. Una forma más es para demostrar un modo: “Dimos clase en línea”; “lo hicimos en equipo”. También se considera para señalar una especialidad: “es experto en el tema”; “se ha especializado en la materia”.

Abordemos el sentido de lugar de la preposición “en”, sólo por delimitar nuestro objeto de reflexión. La preposición “en” utilizada para indicar lugar, involucra la idea de movimiento. Señala un lugar, que siempre es interior, hacia donde se dirige el movimiento. Hospeda un sentido de relación “afuera-adentro”. Se puede interpretar como un movimiento mediante el cual “se deposita”, “se llena”, “se pone”. En esta lógica, preferir la proposición “en” conlleva asumir la relación entre dos puntos:

A y B, donde “A” “pone”, “deposita”, “llena”, mientras que “B” “recibe”, “se llena”. En este sentido, a “A” se le asignan cualidades como elemento “activo”, “dinámico” y “en movimiento”. Por su parte “B” es asociado con el elemento estático e inmóvil. Más aún, “A” “se mueve hacia” “B”, “A” “pone en” “B”. “B” “es llenado por” “A”.

Como puede observarse, en este sentido, y por la relación mostrada, el uso de la preposición “en” muestra una relación de desigualdad entre “A” y “B”. Lo que ocurre en “B”, depende de la acción de “A”. O, la acción de “A” determina a “B”.

En contraste, la preposición “con” puede ser utilizada en varios sentidos. Por ejemplo: cuando usamos un instrumento (la cortamos con unas tijeras). También se utiliza para señalar un modo o forma de hacer las cosas (los presentó con mucho entusiasmo). Puede incluirse para demostrar una cualidad (era una chamarra con cubierta). Finalmente, también utilizamos “con” para dar a entender que hay una compañía (lo haré con ellas).

Es en este último sentido en donde pondré énfasis. Al utilizar la preposición “con” precisamente se evoca a la intensión de hacerlo “con” “en su compañía”, “con su participación”. Usar “con” evoca el lado fraterno y empático de la “construcción conjunta”. Es “hacerlo nosotras (os)” Es un sentido solidario y de acompañamiento el que priva en la decisión de usar “con”. “Con” nos “empareja”, nos “reúne”. “Con” “democratiza”, “reconoce” y “junta”. Es un acto que “identifica y reúne”. “Con” “favorece el dialogo”, es una voz “respetuosa”. Con un “con” “nos incluimos”

En esta lógica entonces, utilizar la preposición “con” o la preposición “en”, es optar por una posición ética. Esa decisión muestra la percepción que se tiene de la relación entre las personas. Quien usa una o la otra exhibe su propia concepción de persona, sujeto, participación, colaboración pues la palabra construye significados y los significados conforman la conciencia. El pensamiento hace al mundo porque se expresa en palabras, en un lenguaje humano propiedad de todos. El lenguaje es el vehículo del pensamiento[6]

Podemos concluir que el lenguaje y su uso, aun cuando sea de sus componentes más pequeños como las preposiciones o las conjunciones y artículos, conlleva asumir posiciones éticas. Omitir o ignorar este hecho suele ser el origen de acciones correctas o actos injustos. Reflexionar sobre el uso que hacemos del lenguaje nos permite ascender en el desarrollo moral[7] y con ello participar en la construcción de comunidades más respetuosas, más incluyentes y más justas.

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

 

 

[1] Léase a Alan Woods (2015) La Civilización, la Barbarie y la visión marxista de la Historia. Disponible en https://luchadeclases.org/teoria/44-materialismo-historico/1743-2015-01-04-12-56-00.html

[2] Léase a Fishman (1979) Sociología del Lenguaje. Ed. Cátedra. Madrid.

[3] Léase a Paul Ricoeur (2006) Sí mismo como otro. Siglo XXI Editores. México

[4] Léase a Edgar Morín (2018) La mente bien ordenada. Edición especial Siglo XXI Editores. México

[5] En esta corriente es donde se adscribe la autora de este texto.

[6] Léase a Lev Vygotski (2010) Pensamiento y Lenguaje. Ed. Paidos. 2ª edición.

[7] Léase a Lawrence Kohlberg (1984) El crecimiento moral de Piaget a Kohlberg. Narcea. Madrid.




Diagnóstico socioeducativo

Diagnóstico socioeducativo

Un ejercicio sobre el tema de Inclusión

 

Araceli Benítez Hernández

docente de la ENMJN

Fabiola de los Reyes Rivera

Daniela de los Reyes Rivera

estudiantes de la ENMJN

 

 

 

 

Scarón de Quintero afirma que “el diagnóstico es un juicio comparativo de una situación dada con otra situación dada” (1985: p. 26, citado por Arteaga 2001, p. 84). Con un diagnóstico, lo que se busca es llegar a conocer una situación actual que se quiere transformar. Entonces, se compara, valorativamente, con otra situación que sirve de norma o de pauta. En nuestro caso, un diagnóstico de grupo es el punto de partida para diseñar estrategias de intervención.

De acuerdo con Marí Mollá (2008), entendemos que el diagnóstico educativo se centra en encontrar soluciones para mejorar las situaciones en las que los niños están involucrados. Esto implica su desarrollo personal, sus aprendizajes y su capacidad de integración social.

Enseguida se presenta un diagnóstico con enfoque socioeducativo realizado en el Jardín de Niños Cuicacalli. El tema a tratar fue la inclusión. Aun cuando entendemos que el enfoque socioeducativo implica valorar los diferentes ámbitos de la intervención (los alumnos del grupo, las docentes titulares, los directivos de la institución, padres de familia o cuidadores y la que esto escribe), en este documento sólo presentaremos los resultados obtenidos del trabajo con los alumnos del grupo 2º C.

El diagnóstico se realizó entre los meses de agosto y septiembre del año 2021. El trabajo coincidió con el inicio del séptimo semestre de la Licenciatura en Educación Preescolar. Al mismo tiempo, fue parte de las Prácticas Profesionales que se desarrollaron con los alumnos del grupo 2°C.

 

 

Los niños y niñas del grupo 2°C del Jardín de Niños Cuicacalli

 

En el grupo de 2°C, para el ciclo escolar 2021-2022, según el formato 911, se encuentran registrados 27 alumnos, de los cuales 15 son hombres y 12 son mujeres. El promedio de edad es de entre 3 y 4 años. 20 alumnos asisten a la escuela y trabajan de forma presencial. El total de alumnos se organiza de tal manera que 10 de ellos asisten los lunes y martes, y los 10 restantes acuden los miércoles y jueves. Todos están en la escuela de las 10:00 a las 12:00 horas. Algunos alumnos se han ausentado debido, principalmente, a condiciones familiares provocadas por la pandemia.

El ciclo escolar se inició alternando la presencialidad con la modalidad virtual. Cumpliendo con las nuevas condiciones en la institución, pronto se limitó la atención a los alumnos a su presencia física en la escuela. Así, se suspendió la modalidad virtual. Sin embargo, las docentes seguían manteniendo comunicación con los padres de familia a través de diferentes redes sociales.

 

Presentación de la experiencia

A fin de conocer la condición que guardaba el grupo respecto al tema de la inclusión, se realizó un par de actividades presenciales para valorar sus conocimientos al respecto. Estas se desarrollaron en la tercera y cuarta semana de agosto del 2020.

La primera actividad se tituló: “Conociendo a mis compañeros”. En ella participaron 12 alumnos. La secuencia didáctica consistió en tres pasos:

1) mostrar a los niños el video “Resolución de conflictos: el puente”. Tuvo como objetivo que los niños trabajaran en equipo para encontrar la solución a un problema que se les planteó.

2) Los niños, en equipo, debían pensar cómo solucionar el dilema de atravesar el puente. Al no estar familiarizados con el trabajo colectivo, los estudiantes, en algunos casos, trataron de resolver la tarea de manera individual. Evitaron el diálogo y la interacción entre ellos.

3) El tercer paso consistió en preguntar a los niños: ¿cómo habrían solucionado el problema? Uno de los niños, mencionó “… yo podía dejar pasar a mi compañero del otro lado primero…” Otro pequeño dijo “…tenían que esperar a que pasaran los que estaban en el puente para poder pasar los demás…” (Diario de campo, 2021)

4) Un cuarto momento consistió en organizarlos en dos grupos e invitarlos a imaginar justamente que estaban pasando un puente. Se utilizó una cuerda gruesa sobre la cual caminaban acortando la distancia entre los equipos. Comenzaron a avanzar, entendieron las instrucciones y la lógica de la actividad. No obstante, presentaron dificultad para respetar los turnos y al final no pudieron seguir avanzando. Regresamos y analizamos la situación.

Con base en esta actividad, pudimos observar que los niños entendieron las instrucciones y la lógica de la actividad. Lograron, de manera individual, dar alguna solución al problema. Fueron respetuosos con sus compañeros. Sin embargo, aún no desarrollan bien la noción del concepto ‘nosotros’ ni ‘el reconocimiento de un objetivo común’ como bases necesarias para el trabajo colaborativo.

 

La actividad de resolución de conflictos de forma colaborativa no resultó como esperaba, los niños no participaron en equipo, no se entabló un diálogo; sólo algunos alumnos presentaron confianza y participaron ante las preguntas planteadas (Diario de campo, 2021) 

 

La segunda intervención se llevó a cabo el día 1º de septiembre del 2021, con 12 alumnos de manera presencial. La secuencia didáctica se llamó “Conociendo nuevos amigos”. Tuvo como objetivo identificar el proceso de comunicación social del grupo. Inició con la presentación a los niños del títere llamado “Ranelli”, quien no puede comunicarse por ser extranjero y hablar otro idioma.

Un segundo momento fue preguntar a los niños: ¿cómo hacer para comunicarnos con Ranelli? Se les pidió que dieran sugerencias. Los niños reconocieron que Ranelli era diferente y que debían hacer un esfuerzo para comunicarse con él. También comprendieron que debían tomar la iniciativa para hablar con Ranelli. Intuyeron que había una situación en la que ellos tenían que actuar. Las respuestas fueron variadas “…puedo hacerle un dibujo…”, dijo un niño. Uno más comentó “…puedo jugar con él hasta que aprenda…”

Recuperando las respuestas de los alumnos, la siguiente actividad en la secuencia fue pedirles a algunos niños que hicieran un dibujo para comunicarse con Ranelli. Otros más jugaron con él.

El siguiente momento consistió en solicitar al grupo nuevas ideas para hablar con Ranelli. Algunos de ellos comentaron “…no se me ocurre nada”, “…no sé cómo hacerlo”.

 

La actividad referente a la inclusión tuvo mejor respuesta, les presenté el títere que no podía comunicarse con ellos, los alumnos participaron y lograron expresar algunas ideas de cómo ayudar al títere para al fin comunicarse. (Diario de campo, 2021) 

 

 

Los resultados obtenidos

 

Tomando como fuente de información lo desarrollado en las dos actividades descritas, pudimos identificar lo siguiente:

 

A) Los niños pequeños son capaces de reconocer dilemas sociales donde la tolerancia, la paciencia y el respeto son necesarios para su solución. 

B) Debido a su edad, centran su atención en la acción individual restando importancia a la colectiva. 

C) De manera individual pueden proponer soluciones a dilemas sociales específicos. 

D) Saben cuándo la situación los rebasa y no pueden presentar una solución.

E) Reconocen la diferencia entre las personas e identifican a quien requiere ayuda. 

F) Intuyen que, en un dilema social, ellos tienen cierta responsabilidad si quieren solucionarlo. 

G) Muestran interés en solucionar dilemas sociales específicos. 

 

En esta lógica, también podemos acotar que existe la necesidad de promover entre los niños la inclusión como un valor. Se requiere mostrarles las causas de la exclusión y las consecuencias que eso conlleva. Teniendo en cuenta la experiencia presentada, podemos concluir que:

  1. Al parecer, los niños y niñas de preescolar se relacionan y conviven de diferentes maneras con otras personas. 

  2. La relación con sus pares siempre es necesaria y significativa, por lo que es menester de la profesora estimularla. 

  3. La acción individual es preámbulo de la acción colectiva.

  4. De manera intuitiva, los niños y niñas más pequeños, reconocen que hay un dilema social en la exclusión de las personas y que tienen cierta responsabilidad en evitarla. 

 

Uno de los hallazgos más importantes es descubrir que los niños y niñas de preescolar tienen pocas ideas para incluir a las personas por una sola razón: desconocen lo que es la exclusión. Esto nos lleva a aceptar que:

 

La diversidad es una característica de la conducta y condición humana que se manifiesta en el comportamiento y modo de vida de los individuos, así como en sus modos y maneras de pensar, circunstancia esta que se da en todos los niveles evolutivos de la vida y en todas las situaciones. (Martín, González, Navarro y Lantigua, 2017. s/p)

Con base en lo hasta aquí escrito, es dable inferir que las prácticas exclusivas se aprenden en la cotidianidad. La naturaleza humana es inclusiva, no discrimina ni pone énfasis en las diferencias. En este sentido, es pertinente suponer que, al educar en la primera infancia en la inclusión y para ella, las acciones inclusivas tomarán paulatinamente el lugar que, de otra manera, sería ocupado por la discriminación y la exclusión.

 

 

 

Bibliografía

Arteaga Basurto, C. y M. V. González Montaño. (2001). Diagnóstico. En Desarrollo comunitario (pp. 82-106). México: UNAM. [Archivo PDF].

Marí Mollá R, (2007), Propuesta de un modelo de diagnóstico en educación. N°59, 4, Universidad de Valencia. [ Archivo PDF]

Martín, González, Navarro y Lantigua. (2017). Teorías que Promueven la Inclusión Educativa. Atenas, vol. 4, núm. 40, pp. 90-104. Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos. Disponible en https://www.redalyc.org/journal/4780/478055150007/html/ consultado el 21 abril 2022. 

 




Regreso a clases en tiempos de pandemia

Regreso a clases en tiempos de pandemia

Araceli Benítez Hernández

docente de la ENMJN

 

 

 

Hace 18 meses, frente a la creciente emergencia sanitaria provocada por el COVID, dejamos de asistir a la escuela. Para evitar la propagación del virus, la cuarentena hizo que casi 32 millones de alumnos y profesores de todos los niveles educativos se quedaran en casa (INEGI, 2020), pues 1 de cada 4 personas en este país somos estudiantes o profesores. Esta importante cifra, no incorpora a todo el personal administrativo y de apoyo que diariamente encuentra en las instituciones educativas su espacio de trabajo.

Sin embargo, los procesos de enseñanza-aprendizaje no se detuvieron. Las condiciones familiares, la conectividad y las habilidades digitales, no eran las adecuadas para trasladar la labor de la escuela a la sala de la casa. No estábamos listos para hacer home office. El sector educativo, junto con otros sectores como el médico, hemos seguido atendiendo nuestras actividades a pesar de estas condiciones. La Escuela Nacional para Maestras de Jardín de Niños (ENMJN) no fue la excepción. A partir del día 20 de marzo del 2020, respetuosos de las indicaciones de la autoridad de la Ciudad de México y preocupados por la salud de todo el personal que la conformamos, desempeñamos desde nuestro hogar las funciones que nos corresponden.

Han sido meses de reconstruir los espacios educativos. Transformar la casa y organizar las actividades familiares fueron sólo dos de las actividades que debimos hacer. Habilitarnos en el uso de las herramientas digitales para la educación a distancia también nos requirió tiempo, pero lo logramos. El trabajo colaborativo de autoridades, docentes, alumnas y personal administrativo y de apoyo dieron buenos resultados. Llegó el tiempo de reincorporarnos al trabajo presencial. Las instalaciones de nuestra escuela se encuentran listas para el regreso. Sabemos de las condiciones inciertas que vivimos en la Ciudad de México, uno de los estados de la República que más ha resentido la pandemia y el consecuente confinamiento.

En estas circunstancias y a días de estar nuevamente frente al pizarrón en los salones de clase, considerando que las alumnas son una parte fundamental de la labor docente, es dable hacer algunas preguntas: ¿Cuál es la percepción de las alumnas frente al regreso a la escuela? ¿Les motiva más la modalidad presencial que la modalidad virtual? ¿Cómo se vio impactado su promedio estudiando desde casa? ¿Prefieren aprender de manera presencial o virtual? ¿Se enfermaron de COVID-19? ¿Cómo afectó a su familia y su salud socioemocional la crisis sanitaria? ¿Están vacunadas?

 

El método

En estas líneas se da cuenta de la información obtenida mediante una encuesta suministrada a las alumnas de 5º semestre de la Licenciatura en Educación Preescolar en la Escuela Nacional para Maestras de Jardín de Niños. Se diseñó y aplicó desde el Curso Herramientas Básicas para la Investigación Educativa. La información se recopiló durante los días del 04 al 06 de septiembre del 2021. Consistió construir y enviar un cuestionario conformado por 25 preguntas en diferentes formatos. De estas, 15 se construyeron con el objetivo de conocer las condiciones y opinión de las alumnas frente al regreso a clases en la modalidad presencial.

Para la recogida de datos se enviaron 224 cuestionarios al mismo número de alumnas que conforman la generación 2018-2022. Se recibieron 207 respuestas lo que representa el 92%. Esta proporción califica para ser considerada una muestra válida; por lo tanto, los resultados pueden ser vistos como indicadores de una tendencia.

Los gráficos que se presentan sólo muestran el dato sin que medie interpretación alguna. Los análisis e interpretación de la información bien pueden ser parte de las actividades de organización del semestre 2022-1.

 

Los resultados

Gráfica 1: aplicaciones usadas

Como puede observarse, 204 (98%), de las alumnas encuestadas respondió que utiliza la aplicación de WhatsApp para comunicarse con los miembros de su curso, seguido por Meet (164), el correo electrónico (150) y en el uso del Zoom coincidieron 112 respuestas.

 

Gráfica 2: Herramientas de Google usadas

Respecto a las herramientas de Google como apoyo para la educación, 181 alumnas (87%), contestaron que usan los documentos de Google, seguidos por el Meet con 167(80%), presentaciones de Google 142 respuestas (68.2%) y 135 estudiantes (65.1%) dijeron que usan formularios de Google.

Gráfica 3: Internet

Como puede verse en la gráfica No. 3, el 97.9 % (190) de las estudiantes afirma que cuentan con internet. Sólo 5 estudiantes indican que no cuentan con él.

Gráfica 4: Equipo con el que se cuenta

A la pregunta “¿con qué equipo cuentas para trabajar en tus cursos?”, 195 personas encuestadas (94.2%), señalaron que trabajan con teléfono celular, mientras que 174 (84.6%) indicaron que cuentan con computadora. 56 estudiantes (27%), contestó que también cuenta con impresora.

 

Gráfica 5: Manejo de las tecnologías

Respecto al dominio de las herramientas y aplicaciones tecnológicas, la mayoría (106 estudiantes) respondió que se encuentra en un nivel 4, siendo el nivel 5 el de experto. Sólo 1 alumna contestó que se encuentra en el nivel 1, es decir, considera que su manejo de las tecnologías aplicadas a la educación es nulo. En el nivel 3 se ubicaron 85 alumnas.

Gráfica 6: modalidad en la que aprende mejor

La gráfica 6 muestra que el 80% (156) de los encuestados dijo que aprende mejor en la modalidad presencial y sólo el 20% (39), coincide en que aprende mejor en línea.

 

Gráfica 7: Motivación según modalidad

En la opinión del 85.1% (156 estudiantes), la educación presencial les resulta más motivante. En contraste, 39 (15%) respondieron que es más motivante la educación en línea.

De las 195 respuestas, 109 (56.4%) estudiantes afirmaron que su promedio mejoró estudiando en línea. Por otra parte, 86 de ellas (43.6%) indicó que su promedio en la modalidad presencial fue mejor.

Gráfica 8: Promedio

Como puede observarse en la gráfica 9, 144 alumnas (58.5%), dicen que prefieren estudiar de manera presencial, mientras que 51 (41.5%), indica que prefiere estudiar en línea.

Gráfica 9: Preferencia de estudio según modalidad

148 (75.9%) alumnas contestaron que sí tuvieron COVID-19 durante el confinamiento. Por su parte, 47 (24.1%), dijeron que no. 

Gráfica 10: Tuvieron COVID-19

Como muestra la gráfica 11, el 73.8% (143 estudiantes) contestó que, durante la emergencia sanitaria, algún familiar cercano tuvo COVID-19. 52 de ellas (26.2%), dijo que no.

Gráfica 11: Familiares con COVID-19

123 alumnas (63.1%), coinciden en que no hubo defunciones en su familia como producto del COVID-19. 72 (36.9%), indicaron que sí tuvieron defunciones en su familia. (Gráfica 12)

Gráfica 12: Defunciones por COVID en la familia

De las 195 respuestas, 127 coinciden en decir que, como consecuencia de la crisis sanitaria, no requieren apoyo emocional. Sin embargo, 68 estudiantes, dicen que sí necesitan atención emocional. (Gráfica 13)

Gráfica 13: Requieren apoyo emocional

Al momento de escribir este reporte, sólo 21 alumnas (10.8%) respondieron que sí están vacunadas, 88 (45.6%) dijeron que sólo cuentan con la primera dosis y 84 (43.1%) respondieron que no están vacunadas. (Gráfica 14).

 

Conclusiones

Después de 18 meses de confinamiento domiciliario, como consecuencia de la emergencia sanitaria, el regreso a clases de manera presencial debe considerar las condiciones en las que se encuentran alumnas y profesores. La aplicación de una sección de 15 preguntas de un cuestionario, aplicado a las alumnas de 5º semestre de la LEP, da información que puede ser valiosa para la organización de las actividades del semestre 2022-1.

Gráfica 14: alumnas vacunadas

Al revisar los datos, se puede concluir que, en estos momentos, las alumnas cuentan con el equipo y conectividad a internet necesarios para continuar las actividades en línea. El manejo de herramientas y aplicaciones en el proceso educativo tampoco representan un impedimento, pues las alumnas se ubican en un nivel alto en el dominio de esas tecnologías. Se puede observar que, durante el tiempo que estudiaron desde casa, el promedio en la calificación de las alumnas mejoró. No obstante, la mayoría de ellas considera que aprende mejor y que es más motivante la modalidad presencial.

Ahora sabemos que hubo alumnas que, durante el tiempo de permanecer en casa, enfrentaron ellas mismas la enfermedad del COVID-19 y que, incluso, hubo defunciones en sus familias. A la fecha, sólo 21 alumnas están vacunadas con un esquema completo.