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Desarrollo y educación: Una materia pendiente

Desarrollo y educación:

Una materia pendiente

Isabel Ixtlixochitl Contreras Gómez

docente de la ENMJN

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

Cada etapa histórica ha dejado huella en el desarrollo económico de nuestro país, provocando diversos problemas en los contextos. El estudio de dichos problemas nos ayuda a entender desde distintas miradas una realidad múltiple, no parcializada desde un enfoque político, cultural, social, emocional, etc. Este texto pretende ser un espacio reflexivo en torno a cómo consumimos, cómo distribuimos y producimos nuestros recursos, para poder transformar las realidades, analizarlas, sintetizarlas e investigarlas, visibilizando lo que suele permanecer oculto, para construir nuevos conocimientos, experiencias, formas de vida y educación.

En este sentido es importante analizar la relación entre educación y desarrollo, valorando de qué manera el desarrollo económico y social influyen en la educación. Y, finalmente, expongo algunas propuestas sobre los cambios que se requieren realizar en los ámbitos educativos y el desarrollo de nuestro país, a partir de los postulados de algunos autores.

“No sabemos lo que nos traerá el futuro / pero podemos, si nos movemos en la dirección correcta, / llevarlo hacia un lugar mejor”  (en Quiñones, 2012, citado en Acosta 2014, pág. 93).

 

RELACIÓN ENTRE LA EDUCACIÓN Y EL DESARROLLO

El desarrollo y la educación se relacionan directamente desde el aspecto económico y social, así es que uno influye en el otro, pues ningún país ha logrado un constante crecimiento económico sin haber realizado una inversión considerable en capital humano. El desarrollo ha pretendido y no logrado erradicar la pobreza, estar en armonía con el medio ambiente y favorecer las transformaciones estructurales que lleven al crecimiento económico.

El concepto desarrollo es uno de los conceptos normativos más trascendentales del siglo XX, el cual ha motivado y justificado las políticas nacionales en múltiples países, se centra en el proceso permanente y acumulativo de cambio y transformación de la estructura económica y social.

El desarrollo “es un concepto que se ha utilizado en la teoría económica, para indicar una medida de progreso de las sociedades occidentales en la organización de sus recursos y en las relaciones de intercambio de objetos materiales e inmateriales entre los sujetos que constituyen dichas sociedades” (Figueroa, 2019 pág. 1). Esa es solo una de las definiciones, pero existen una diversidad de enfoques sobre el concepto de desarrollo y en este sentido un indígena mapuche describe el desarrollo “… en forma multidimensional, donde esté presente lo material y lo espiritual. No consideramos Desarrollo proyectos que promueven la iniciativa individual, disociando el colectivo (…). Nos mueve el Küme Mognen, el “vivir bien”. Para nosotros las diferentes formas de vida que conviven en un espacio, proveen bienestar a quienes lo habitan y protegen (…) representa la coexistencia de diferentes formas de vida que se necesitan mutuamente para mantener el sentido de territorio… “ (citado en Figueroa 2019, pág. 8).

Esta visión mapuche contrasta con la noción eurocentrista predominante en México, pues sabemos que la Educación se refiere a la formación práctica e ideología, base de cualquier país, en la cual recae el desarrollo económico y social de cualquier país que necesita para avanzar, es el soporte, las oportunidades que pueden limitar o apoyar al crecimiento del futuro. Es decir, la distribución de la educación a todos los habitantes de un país, una educación desigual tiende a reflejarse negativamente en el ingreso per cápita de la mayoría de los países.

Podríamos decolonizar la idea de que el desarrollo no solo implica mejores niveles de vida y condiciones económicas, en el que se propiciaran: el bienestar social, el empleo acorde a los valores cívicos y éticos de una sociedad. En ese sentido, la educación tiene la intención de que los niños y jóvenes se desarrollen a partir de la capacitación, aprendan a ser críticos y razonables. De cierta manera parte de este proceso no depende del gobierno, depende de cada individuo.

“La idea de desarrollo introduce antes que nada el tema de la capacidad de la sociedad de actuar tanto sobre su financiamiento como sobre sus relaciones con el medio social y natural” (Rivas y Luna, 2016). Es así como el concepto desarrollo y educación se han modificado a través del tiempo, pero permanece el interés por la mejora en la calidad de vida, aunque este proceso no sea equitativo para todos los grupos sociales, siendo influidos por la economía, la cultura, la política y hasta aspectos emocionales.

El sentido de la educación, de acuerdo con Krishnamurti se refiere al proceso de ayudarnos a cada uno de nosotros a que vivamos libremente y sin temor. Y para crear una atmósfera en la que no exista el temor. Este proceso requiere de muchísima reflexión, tanto de parte del maestro como el educador (Krishnamurti 1992, pág. 3).

 

CONTEXTO

En México hemos transitado por varios periodos presidenciales y programas de desarrollo que han buscado el desarrollo y con ello han provocado fuertes distancias sociales que aumentaron con la llegada de la modernización, el capitalismo, el post desarrollo, el subdesarrollo el modelo de desarrollo estabilizador , primario explotador, modelo estado de bienestar, Plan Nacional de Desarrollo, desarrollo compartido y el neoliberalismo y para ello existe una propuesta que contrarresta el problema, la economía ecológica.

Todos estos momentos en la historia, provocaron que la educación pública no tuviera la cobertura necesaria para ofrecer formación profesional al total de estudiantes de primaria, secundaria, preparatoria y licenciatura. En el caso de la educación en México, podría responder a los problemas críticos como la inestabilidad, la crisis, las desigualdades y la tensión entre la democracia y el bien colectivo contra los intereses de las grandes empresas o de unos cuantos. México ha tenido múltiples gobiernos con propuestas diversas, algunas orientadas al desarrollo ético y social desde enfoques ambientalistas, en el sentido de proyectos que sean pertinentes y logren la equidad de las soluciones, que tengan prudencia ecológica, que sean eficaces con economía eficiente con criterios macrosociales, cuidando la dimensión cultural y territorial. Sin embargo, es importante identificar como “Pasamos de tener 935 mil estudiantes de educación superior en 1980 a poco más de 3 millones en el 2012…En 1980, había 69 mil profesores de educación superior; hoy tenemos casi 330 mil” (en Quiñones, 2012, citado en Acosta 2014, pág. 96), una serie de resultados alarmantes, pues “siete de cada diez jóvenes de entre 19 y 23 años están fuera de los circuitos educativos “(en Quiñones, 2012, citado en Acosta 2014, pág. 96).

Y aunque en nuestro país se ha buscado la creación de instituciones educativas particulares, muchas de ellas con propuestas metodológicas diversas y con posturas ideológicas innovadoras, continúa siendo un problema la falta de cobertura para atender a nuestras diversidades de niños y jóvenes. Este proceso se agravó con una pandemia mundial por COVID 19, que exacerbó las diferencias sociales y económicas, creando una brecha mucho más abismal entre los estudiantes con posibilidades para estudiar y los que no.

Considero que la Nueva Escuela Mexicana (NEM) puede ser un parteaguas para replantear el tipo de educación que se está generando en nuestro país, así como los conceptos básicos de aprendizaje, enseñanza e inteligencia, que muchas escuelas pretenden desarrollar.

Aunque la educación busca desarrollar la inteligencia, es importante recordar que su significado ha cambiado con el tiempo, siendo una de sus definiciones como “la capacidad de pensar libremente, sin miedo, sin fórmula alguna, de modo que puedan comenzar a descubrir por sí mismos aquello que es real, verdadero: pero si están atemorizados jamás serán inteligentes” (Krishnamurti,1992, pág. 3). Este postulado en cuanto a inteligencia difiere de las definiciones tradicionales, en las que como inteligencia se referían a que los estudiantes tuvieran “buenas calificaciones” y destacaran en las ciencias exactas. Afortunadamente el concepto se ha modificado con una postura más inclusiva y diversificada, considerando que todos tenemos distintas inteligencias.

La UNESCO, en 2008, insistió en la necesidad de hacer efectivo el carácter de bien público de la educación superior, mejorando la calidad, la equidad y las posibilidades del desarrollo sostenible de los países en vías de desarrollo (en Quiñones, 2012, citado en Acosta 2014, pág. 96). Uno de los principales ejercicios para mejorar dicha educación y garantizar la equidad han sido el establecimiento de algunas políticas públicas en cuanto a educación, que buscan un futuro de calidad, cobertura, innovación, equidad, pertinencia que cubra realmente las necesidades de la sociedad y que valide un cambio ideológico de ser y hacer como individuos habitantes planetarios. Y para hacerlo definitivamente se tienen que invertir esfuerzos en la formación profesional con enfoque humanista, promoviendo la investigación, los proyectos de comunidad que atiendan a las problemáticas reales, la equidad de oportunidades a la par que el desarrollo de economías sustentables que atiendan al bienestar social.

El reto se encuentra en ¿cómo promover que el alumnado se comprometa con su formación y mantengan su creatividad viva, sus deseos por vivir y descubrir, mantener su curiosidad científica por experimentar con las nuevas tecnologías, avivando su capacidad para apreciar su cultura y expresar a través de las artes? ¿Cómo se podría asegurar la educación de millones de niños y jóvenes en México?

Y es que reconociendo que estamos en un país en el que se ha dificultado la honradez de los dirigentes políticos, un país en el que son utilizados sin conciencia los recursos no renovables, un país con tantas desigualdades sociales, económicas, ahora encrudecidas por la pandemia mundial. Ha faltado realizar evaluaciones de los planes de estudio, garantizar el reconocimiento de saberes ancestrales de las comunidades, así como docentes comprometidos que, con muchos o pocos recursos escolares, atiendan a las problemáticas reales y no se conviertan en simples ejecutantes de un plan diseñado por alguien más desde un escritorio y sin conocer el contexto del estudiantado.

Es una enorme responsabilidad potenciar el encuentro permanente entre docentes y estudiantes sobre la base de conocimientos, habilidades y experiencias que son consideradas en la educación. Sin embargo, eso no basta, se requiere de procesos de enseñanza- aprendizaje con estrategias de innovación en la educación, centrada en el uso de tecnologías. Se requiere dejar de seguir posturas hegemónicas, pues los jóvenes y niños ya no están en una concepción de recibir educación sino de gestarla, es decir, las formas convencionales de educación están transformándose. Las formas de enseñar deben centrarse en la transformación de pensamiento, transformación de actos, capacidad de síntesis, con un docente que interactúe con sus estudiantes en el aula desde una postura humanista.

Considero para el futuro de la educación superior nos lleva a asumir el riesgo de pensar en el largo plazo y con la visión estratégica, ambiciosa, pero posible, lo cual tiene que ver con la equidad social y las oportunidades laborales de los jóvenes mexicanos.

¿Qué nos espera para el futuro como estudiantes y como maestros?, si en sentido estricto el futuro no existe, pues es una aspiración. No podemos saber cómo es el futuro, pero si como podría ser. En un mundo cambiante, yo debo cambiar desde una postura pesimista y optimista. Bien lo dice la canción de Julio Numhauser: “Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo”.

Si el capitalismo continuará siendo nuestra forma principal de organización socioeconómica en el siglo XXI, los cambios seguirán promoviendo las desigualdades. Y una de las maneras para desarrollarnos es estar insatisfechos, como menciona Oppenheimer, “la manera de despegar es sintiendo que estás quedando atrás” (Oppenheimer, 2010. pág. 4). Porque cuando un ser humano siente que puede mejorar, que pueden existir otros horizontes, otras formas de pensar, hacer, sentir, existe la posibilidad de mejorar las condiciones de vida. “El peligro es que, si la gente está satisfecha, no existe la exigencia social de mejorar los estándares educativos” (Oppenheimer, 2010. pág. 5), así si las instituciones requieren científicos y profesionistas, deben sostener la formación de estudiantes en la ciencia y tecnología, para que la innovación se desborde al sistema productivo. Incluso las instituciones deben ofrecer estímulos para que sus egresados aporten sus saberes en bien de la innovación y la exportación de productos de alto valor agregado.

Si la transformación no se realiza de manera global, creando un contexto con empresas, y esos estudiantes puedan ofrecer su apoyo científico, las cuales servirían como incubadoras para desarrollar su producto de otra manera seguirán existiendo fugas de cerebros en nuestro país o tan pocas oportunidades que los estudiantes de maestría o doctorado solo podrán conseguir trabajo de obrero o conductor de taxi. “La ética importa, en los destinos individuales, importa también en la macroeconomía” como señala Bernardo Kliksberg (2018).

Algunas veces se piensa que el éxito en la vida es obtener un buen empleo y una posición respetable en la sociedad. “Y cuanto más alto trepa uno, tanto mayor es la desdicha que ocasiona a otros, porque al llegar ahí tiene uno que competir, tiene que ser despiadado” (Krishnamurti pág. 9). Es así como nuestra vida estudiantil las transitamos en escuelas, donde hay ambición y competencia, donde no hay amor. Y que gran conflicto como sociedad formar educandos en un ambiente de constante rivalidad y conflicto y que lo que se habla de paz y respeto quede en palabras. Esto me hace pensar que nos han enseñado a valorarnos en el sentido que la propiedad lo dicta, por ello somos codiciosos y deseamos una posición de poder, pero eso nos hace depender y no desarrollar nuestra humildad y capacidad para amar.

Esto es, la educación requiere de varios atributos y valores como: calidad, eficiencia, pertinencia social, vinculación, innovación. Se cree que, incorporando la cobertura de la educación, hacerlo con calidad y un financiamiento suficiente, automáticamente provocara la mejora de la educación. Pero el problema es aún más grave, sobre todo cuando la privatización de la educación forma parte de las estrategias políticas de un país, en vez de defender los derechos a la educación apoyando a la escuela pública.

Se requiere estimular la curiosidad intelectual de los jóvenes por la ciencia y la ingeniería, con estos recursos, los países pueden hacer maravillas. Gates señala que “se está poniendo muchos énfasis en que los estudiantes hagan proyectos que sean divertidos. Por ejemplo, que diseñen un submarino o un pequeño robot. Y entonces los jóvenes entienden que la ciencia es una herramienta para hacer algo que quieren hacer, en lugar de un desierto árido que hay que cruzar, para quizás llegar al otro lado y encontrar un empleo interesante” (Oppenheimer, 2010. pág. 10).

Kliksberg, en su ponencia “Mas ética, más desarrollo”, retoma las palabras del Juan Pablo II quien señala que “es necesario una nueva y más profunda reflexión sobre la naturaleza de la economía y su propósito. invitando a líderes políticos a reconocer la urgencia de asegurar las prácticas económicas y que las políticas vinculadas tengan como su meta el bien en cada persona y de la totalidad de la persona” también señala que se debe “impulsar una nueva cultura de solidaridad internacional y cooperación donde todos, particularmente las naciones ricas y el sector privado, acepten responsabilidad por un modelo económico que sirva a todos” (Kliksberg, 2018).

El rumbo de la política educativa pocas veces se centra en la curiosidad, la creatividad, el pensamiento científico y artístico que pudieran desarrollarse en los estudiantes.Pero para poder favorecer esos aspectos, se requiere formar docentes investigadores que traten de resolver con propuestas diversas la transformación de la educación y esta se difunda, pues cuando consulto experiencias pedagógicas exitosas, en su mayoría son textos de Argentina, España y Chile, no de México. Pareciera que, en México, tenemos poco desarrollada la cultura de sistematizar las experiencias exitosas que desarrollamos en los distintos espacios educativos, y mucho menos se comparte con otros a partir de una publicación en revistas educativas. Se requiere que los docentes escribamos esas experiencias exitosas y seamos capaces de trabajar en comunidad y para la comunidad. Se requiere fortalecer la formación y figura del profesor, que sea capaz de contextualizar, problematizar, conducir las reflexiones de los estudiantes en un ambiente creativo, reinventar la figura del docente, no como un gurú, sino como un facilitador de experiencias que le permitan al alumno construir su propio aprendizaje. Este docente tendría que prepararse y preparar a los educandos en la transición de la educación tradicional a nuevos modelos educativos, dando prioridad de atención educativa a los estudiantes que están en desventaja.

Entre las desventajas de docentes y alumnos está el analfabetismo (que se refiere a la capacidad para comprender las palabras escritas) pero también el analfabetismo funcional y analfabetismo digital, el cual se requiere en estos tiempos para desarrollar la posibilidad de transformar procesos educativos.

Por otro lado, importa también favorecer el carácter lúdico, el cual implica que el educando improvisa ante las dudas y las incertidumbres, que a su vez despierta su curiosidad, lo que favorece la comprensión sinérgica. “El aprendizaje educativo encierra una paradoja: si es genuino, confundirá al aprendiente, haciéndole creer que no ha aprendido. Ante esto, la evaluación escolar no sabe qué hacer y termina castigando a la duda, la confusión y la ignorancia. Sin atinar a comprender que saber e ignorancia se exigen como el yin y el yang” (Calvo y Elizalde, 2010).

Entonces si no existe una única forma de aprender y educar, ¿Por qué la insistencia para unificar un programa educativo? ¿Por qué plantear estándares sobre realidades diversas y no diseñar las propias considerando la realidad de los contextos? No se trata de imitar un modelo, sino de descubrir, eso es educación para Krisnamurti no ajustarse a lo que dicen los padres, maestros o sociedad.

Todas las influencias sociales incluso en educación nos condicionan a adaptarnos a un patrón, obedecer a un jefe. Pero son necesarios los individuos que se revelen para crear un mundo nuevo, que no tenga como ejes de desarrollo la codicia el poder y el prestigio.

Ojalá podamos juntos desarrollar “la capacidad para vivir, descubriendo por uno mismo aquello que es verdadero, y uno puede hacer eso únicamente cuando hay libertad, cuando existe una constante revolución interna” (Krishnamurti, 1992. pág. 3). Enseñar a pensar, enseñar a no estar satisfecho con nada, buscar la paz y el amor para llegar a la transformación que nos lleve a la felicidad. La educación es algo demasiado importante como para ser dejada en manos de otros, se requiere favorecer la creatividad, el pensamiento crítico, la ciencia, la tecnología para activar la innovación en la educación. Las políticas educativas, el desarrollo de una comunidad y la construcción de una cultura de la educación nos toca a todos como responsabilidad en las comunidades, de modo que una estrategia podría ser fundar organizaciones civiles que guíen a los gobiernos para mejorar la calidad educativa. Y para lograrlo se necesita erradicar el miedo que destruye el pensamiento humano y el amor.

Atender a la educación y el desarrollo es lo más importante, “no hay ninguna tarea más urgente para el futuro de nuestros países y de nosotros mismos. Todo lo demás son historias” (Oppenheimer, 2010. pág. 213). Necesitamos trabajar con la triada: calidad, evaluación y financiamiento que permitan mejorar la educación en México.

 

CONCLUSIONES

“Para construir futuros, primero hay que imaginarlos”, (en Quiñones, 2012, citado en Acosta 2014, pág. 95). La educación sin el desarrollo es imposible. Mientras mejores sean las condiciones de la educación, se desarrollará más el nivel económico del país. Las grandes instituciones educativas tienen el deber de transmitir el conocimiento a países o comunidades que aún están en vías de desarrollo. Se requiere “aprender a aprender”, tener motivaciones propias, pensamientos autónomos sobre las tomas de decisiones, sobre cómo aprender, cuándo aprender, cómo aprenderlo y bajo qué tipo de orientación del docente.

Podemos hacer hipótesis de futuros posibles, pero para ellas se requieren decisiones estratégicas, económicas, políticas y culturales en las que se reconozcan nuestras capacidades y en las que realmente se transformen nuestras vidas. buscando mecanismos para ampliar accesos con modelos educativos sustentados en el aprendizaje, las tecnologías, no cerrando el acceso a los estudiantes y facilitar la permanencia de estos.

Desigualdades sociales han existido siempre, no debemos repetir los errores del colonialismo al intentar unificar y globalizar. Se requieren diagnósticos reales de los estudiantes que nos permitan conocer, identificar, diseñar estrategias e instrumentos de evaluación que atiendan a la mejora de sus condiciones, en un espacio respetuoso a la diversidad, en un clima de equidad. No basta con la creación de artículos, pronunciamientos, declaraciones o planes de estudio, se requieren acciones reformadoras de los sistemas y políticas públicas. La verdadera educación consiste en aprender cómo pensar, no qué pensar. Si uno sabe cómo pensar, si realmente tiene esa capacidad, entonces es un ser humano libre- libre de dogmas, supersticiones, ceremonias y por tanto puede descubrir que es religión (Krishnamurti, pág. 14).

Los docentes tenemos el deseo de ayudar a las nuevas generaciones a triunfar con desarrollo de la estructuración del pensamiento, formación tecnológica para que sea una sociedad que se soporte en economía de aprendizaje y no solo en la distribución de riquezas para unos pocos, pero que sea con lúdica, con respeto, pues

“pareciera que se castigase al educando a aprender con dolor, como si hubiese cometido un pecado. Hay que permitirles que fortalezcan su propensión a aprender, antes que forzarlos a hacer lo que no va con la naturaleza. Se trata de dejarles fluir” (Calvo y Elizalde, 2010).

Gracias a las tecnologías de la comunicación estamos conectados con otros individuos, somos pobladores del planeta, pues las redes de conocimiento son más globales, así que hay forma de actuar en lo global. Se requiere integrar la “Carta a la tierra” como parte de los principios fundamentales de la educación en busca de una sociedad justa, sustentable y amante de la paz.

“La educación no tiene sentido a menos que les ayude a comprender la vasta extensión de la vida con todas sus sutilezas, con sus dolores y sus alegrías, con su extraordinaria belleza” (Krishnamurti, 1992; pág. 3). Decir que un país es desarrollado o no en la actualidad no solo se refiere a productividad y eficiencia, sino a la atención a aspectos como la equidad de géneros, la satisfacción de las necesidades básicas de las personas, el respeto a las minorías étnicas, la democracia, la sustentabilidad ambiental y más reciente la valoración del territorio y las localidades. Las habilidades y capacidades de las personas.

 

 

REFERENCIAS

  • Acosta, Adrián El futuro de la educación superior en México Revista Iberoamericana de Educación Superior, vol. V, núm. 13, 2014, pp. 91-100 Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación .JPG, México.
  • Andrés Oppenheimer (2010) ¡Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las 12 claves del futuro. 1ra Edición, septiembre 2010. Editorial Debate. México D.F. 228 pp.
  • Krishnamurti ,Jiddu (1992) El propósito de la educación. Editorial EDHASA, Argentina
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  • Bernardo Kliksberg (2004) 02- “Más ética, más desarrollo” -. Dr. Bernardo Kliksberg – Coordinador general del Área de Ética y Desarrollo del BID. XVII Congreso Nacional CREA 2004 – Somos parte de una Argentina posible. 1, 2 y 3 de septiembre, Hotel Sheraton, Mar del Plata. Subido a la plataforma de Youtube el 21 de febrero 2018. Consultado el 30 de junio 2021.
  • https://www.youtube.com/watch?v=A_-i9aC5rDc&ab_channel=CanalCREA
  • Calvo, Carlos y Elizalde, Antonio,(2011) «Educación: creación de nuevas relaciones posibles», Polis [En línea], 25 | 2010, Publicado el 10 febrero 2011, consultado el 02 julio 2021. URL: http://journals.openedition.org/polis/292 en https://journals.openedition.org/polis/292#quotation, consultado el 1 de julio 2021.
  • Figueroa Burdiles, Noelia, « El desarrollo y las políticas públicas », Polis [En línea], 33 | 2012, Publicado el 23 marzo 2013, consultado el 30 abril 2019. URL : http://journals.openedition.org/polis/8580
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  • de las JORNADAS DEL AMOR EN LA TERAPIA”. Barcelona, España, consultado el 26 de junio 2021 en http://www.manuelosses.cl/VU/Humberto%20Maturana.%20Conferencia_Biolog%C3%ADa%20del%20conocer..pdf
  • Rivas Escobar, Hernán Modesto y Luna Cabrera, Gloria Cristina (2016) AMBIENTE Y SOSTENIBILIDAD 1ª edición. Editorial Universitaria Universidad de Nariño, Grupo de investigación PIFIL, Departamento de Estudios Pedagógicos. Colombia.
  • Valcárcel, Marcel (2006) GÉNESIS Y EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO Y ENFOQUES SOBRE EL DESARROLLO Documento de investigación, Lima, junio 2006: https://e.edim.co/20443720/GVsArhnDOffd7bSV.pdf

 

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Acerca de Isabel Ixtlixochitl Contreras Gómez

Isabel Ixtlixochitl Contreras Gómez

Docente en la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños, actualmente imparte los cursos de Música y Artes visuales en la educación infantil. Asimismo, posee dos doctorados: uno en Ecoeducación y otro en Género y derecho. Se especializa en música para niños.

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