Guadalupe Inn, un viaje musical alrededor de la ENMJN
Músicos mexicanos de la Colonia Guadalupe Inn
Martha Heredia Rubio
Docente de la ENMJN
Hablar de un músico sin conocer su obra es quedarnos sólo con su nombre. Curiosamente, nuestra institución se halla en medio de una colonia inspirada en músicos. En sus orígenes, las calles de la Guadalupe Inn, cobijaron a músicos europeos como Mozart, Bach y Wagner; y fue en aras del nacionalismo que los nombres de las calles se sustituyeron por músicos mexicanos, buscando identidad y reconocimiento. A través de estos artículos, Martha Heredia, nos guiará en un recorrido en el que conoceremos sus obras y su trascendencia en nuestro país. |
2) Macedonio Alcalá
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En nuestro recorrido por la Colonia Guadalupe Inn proseguimos ahora hacia el sur-poniente de Gustavo E. Campa, donde encontramos la calle transversal llamada Macedonio Alcalá, de la cual solamente dos cuadras llevan su nombre.
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“DIOS NUNCA MUERE” / interpreta: Banda Mixe de Oaxaca

Macedonio Alcalá es un compositor e intérprete oaxaqueño del siglo XIX (1831-1869), se inicia en la música desde su adolescencia, en la que trabajaba largas jornadas en el campo para pagar sus clases particulares de poesía, redacción, composición clásica y orquestación. Con el tiempo dominó varios instrumentos: piano, órgano, violín, viola, violonchelo, contrabajo y guitarra. Se hace merecedor de una beca para ir a estudiar a la Ciudad de México y, a su regreso a Oaxaca, logra ingresar a la Orquesta filarmónica de la sociedad de Santa Cecilia (patrona de los músicos) y, al poco tiempo, fue nombrado Director de la Banda de Música de Oaxaca.
Fue a los 19 años que formó su propio conjunto musical para tocar en fiestas y bailes, y, junto con la orquesta, logra tener tanto éxito que llegó a ser solicitado en diferentes partes de la República Mexicana. Se dice que dominaba la composición y la improvización, y se dice también que, aunque era de temperamento débil, se le reconocía como un compositor excelso.

No obstante, su éxito no duraría mucho, pues la enfermedad lo fue minando y Macedonio terminaría sus últimos años en la pobreza, con excepción de un último apoyo económico de la sociedad de Santa Cecilia, que le sirviera para que, en el último año de su vida, compusiera un vals con el que su nombre se quedaría entre las paginas de la Historia de la música mexicana.
Hay compositores que, con una sola obra, se vuelven inolvidables. Tal fue el caso de Macedonio Alcalá, y si a lo mejor su nombre no nos remite de inmediato a su obra, su vals “Dios nunca muere” se instaló en el gusto de sus contemporáneos, posicionándose con vida propia como el Segundo himno de Oaxaca.
Este vals tiene dos versiones. La original, que es sólo para orquesta, tal como la escribió Macedonio en 1969, y la segunda versión, que es ya con letra. Fue en 1955 que la disquera Peerless le encarga a Vicente Garrido ponerle letra para ser interpretada nada menos que por Pedro Infante, elección muy atinada con la que se expresa la catolicidad de la época. Aquí dejo la letra del vals.
Dios Nunca Muere / Música: Macedonio Alcalá / Letra: Vicente Garrido
Coro:
Muere el sol en los montes
con la luz que agoniza,
pues la vida en su prisa
nos conduce a morir.
Estrofa I:
Pero no importa saber
que voy a tener el mismo final,
porque me queda el consuelo
que Dios nunca morirá.
Estrofa II:
Voy a dejar las cosas que amé,
la tierra ideal que me vio nacer,
pero sé que después habré de gozar
la dicha y la paz que en Dios hallaré.
Estrofa III:
Sé que la vida empieza
en donde se piensa
que la realidad termina,
sé que Dios nunca muere
y que se conmueve
del que busca su beatitud.
Estrofa IV:
Sé que una nueva luz
habrá de alcanzar nuestra soledad,
y que todo aquel que llega a morir
empieza a vivir una eternidad.
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Escucha y sigue aquí la versión de Dios nunca muere interpretada por Pedro Infante con la letra, simultáneamente, en español y en mixteco
El catálogo de Macedonio Alcalá incluye más de cincuenta temas entre valses, marchas, danzas, mazurcas, pasodobles… De su creatividad musical, destacan las siguientes piezas: “Acuérdate de mí”, “Crepúsculo”, “Cielo y tierra”, “Decídete”, “Dios nunca muere”, “Se casaron”, “Isabel”, “Quiéreme así”, entre otras. Este distinguido maestro fundó e impulsó seis orquestas (entre ellas, la que él mismo dirigía) para que salieran del estado de Oaxaca hacia tierras como Veracruz, Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Puebla, Hidalgo, Toluca, Tlaxcala y la Ciudad de México.

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