La educación preescolar en el sector salud
Creación del Departamento de Asistencia Social Infantil (1937-1942)
Alberto Armando Ponce Cortés
docente de la ENMJN
INTRODUCCIÓN
La creación del Departamento de Asistencia Social Infantil para el año de 1937 fue un hecho relevante en la política del gobierno del presidente Cárdenas. Hubo varias razones al respecto, la principal fue atender la vulnerabilidad de mujeres y niños, aunque también existieron problemas técnicos, sobre todo, la duplicidad de funciones administrativas.
De los aspectos relevantes del asistencialismo, que se pueden diferenciar con respecto a la mirada de otros momentos históricos, sobre todo de siglo XIX, es que por primera vez en la historia el gobierno asume su responsabilidad con respecto a los problemas de mujeres y niños; ya no solamente se manejan dentro de las agendas políticas, sino que se les asigna presupuesto, más personal e infraestructura para atender los graves problemas de salud de niños y mujeres, aunque también se consideró a toda la población en general.
Tal acción de gobierno fue muy importante para resolver problemas de salud de población en general, sin embargo, no todos los sectores lo apreciaron como positivo: De hecho, la Dirección de preescolar externó la preocupación de que sus funciones no fueran importantes, y que el trabajo de la educadora no fuera comprendido y sólo fuera desdeñado por considerar el tema de la salud como lo importante en las funciones del recién creado Departamento de Asistencia Infantil.
Las educadoras redoblaron esfuerzos sin escatimar trabajo ni tiempo para hacerse presentes, siempre manifestaron que el papel de la Dirección de Preescolar inserta en el Departamento de Asistencia Infantil sería un hecho educativo. Sin lugar a duda, habría que destacar el papel que tomó su directora, la profesora Rosaura Zapata, quien siempre fue la principal defensora de la Dirección de Preescolar y del trabajo de las educadoras.
El momento histórico, a partir de la creación del Departamento de Asistencia Infantil, es muy importante porque se empieza a considerar políticamente a las mujeres y niños, los binomios mujer-niño y salud-escuela son duplas que resaltan en ese momento y que, sin lugar a duda, serán un precedente para las políticas de próximos gobiernos.
CONTEXTO HISTÓRICO
El período que se pretende analizar entra dentro del llamado cardenismo (1934-1940), donde se destacan los cambios políticos, sociales y educativos. Este último aspecto se traduce en la modificación al Artículo 3 socialista, sin embargo, hay que señalar que son momentos de mucho movimiento social, político, económico, el más claro ejemplo de ello son los movimientos petrolero, ferrocarrilero y magisterial de 1937.
Esto no se puede desdeñar. Pero lo que voy a resaltar, dentro de dicho contexto, son los aspectos de salud y educativos que se manifestaron en el período cardenista que, de una u otra manera, dieron pauta a la creación del Departamento de Asistencia Social Infantil, adonde se integró la Educación Preescolar.
Al respecto, Luis González y González hace una descripción muy realista de la salud del mexicano de ese período. Nos presenta al mexicano como un ser flaco, desgarbado, enclenque, producto de una mala alimentación y sumido en graves vicios de alcoholismo, además de la nula creación de espacios deportivos. En tal sentido, él manifiesta:
La falta de desarrollo del cuerpo de muchos mexicanos por la escasez de comida, por la abundancia de bebidas embriagantes, por la insuficiencia de campos deportivos y la multitud de tahurerías se intensificó en los tres últimos semestres del sexenio cardenista. La élite concordaba con D.H. Lawrence en que, particularmente los indios (individuos pequeños con costras de suciedad, faltos de vitaminas, legumbres y carnes, débiles como sus chozas) requerían tonificantes que no fuera el tepache, la charanda, el sotol y el pulque (González y González:1981, 275).
Asimismo, la gente que vivía en la ciudad tampoco se escapaba de los vicios y de malos hábitos alimenticios, al respecto, Salvador Novo, en su libro La vida en México en el período presidencial de Lázaro Cárdenas, cuestiona:
¿Qué sucede con los camaradas obreros y los camaradas empleados? Pues sencillamente que todos llevan una penosa existencia, por ganar poco, beber mucho, no divertir al cuerpo, meterse muy de cuando en cuando a los cines, “tener mujeres gordas y feas y numerosos hijos” y escaparse hacia las pulquerías que hasta cierto punto les curan el hambre sin hacerlos fuertes, pero sí alcohólicos, idiotas y enfermizos (González: 1981, 275).
Para confirmar lo anterior, las estadísticas nos muestran que
los trabajadores eran mucho menos inmunes a la enfermedad y a la muerte que los patronos ávidos y haraganes. Se vio a las claras que en las zonas ricas de la capital (Condesa, Chapultepec, Polanco, Juárez, Valle y Roma) solo morían doce por millar al año, mientras en los arrabales, donde no había centavos para el café del velorio y la caja de muerto, entregan anualmente los huaraches cien personas de cada mil” (González y González: 1981,277).
Las estadísticas antes del período cardenista sobre muertes de mujeres y niños son alarmantes, para:
1930, la población del país era de 16,552,782 habitantes y para 1940 había aumentado a 19,650,000 habitantes, 1,800,000 de ellos en la Ciudad de México. La expectativa de vida al nacer, que era de 33 años, pasó a ser de 41.5 años; la tasa de defunciones pasó de 26.6 a 22.8 por 1000 habitantes, y la mortalidad de niños menores de un año pasó de 250 a 24.5 por 1000 nacidos vivos. La tasa de natalidad se mantuvo estable en 44.6 por 1000 habitantes (Rodríguez).
Del cuadro histórico que presenta el INEGI del tipo de mortalidad del mexicano de 1930-1938, llama mucho la atención las muertes infecciosas por la mala higiene de los alimentos; así también ocurre con la lista de muertes maternas por el cual el Estado Mexicano. De acuerdo con la estadística del INEGI, hace el siguiente listado: “Muerte por tifoidea y paratifoidea, mortalidad por tifo, mortalidad por viruela, mortalidad por sarampión, por tos ferina, gripa o influenza, disentería, tuberculosis, paludismo, cáncer, bronquitis, neumonías, diarreas, materna, por vicios.”[1]
Evidentemente la mala higiene de la ciudad tampoco estaba exenta, los problemas de basura, de heces fecales, de malos olores por los diferentes ríos que cruzaban la ciudad… Por esta razón el gobierno cardenista empieza las grandes obras de entubamiento en la ciudad de México. Al respecto González comenta:
De las muchas medidas tonificantes del otoño de Cárdenas, son dignas de nota: la dotación de agua pura a los grandes centros de población y sobre todo la manera como se aumentó y mejoró el agua llegada a la ciudad de México de Xochimilco, Santa Fe y el Desierto de los Leones, la hechura de drenajes que expulsan aguas negras y malolientes, y tantas obras de saneamiento, hechas la mayor parte en la capital, donde se acababa de descubrir que de su millón de habitantes, más de medio millón vivían en habitaciones mugrosas y sin servicio; muchos, en cien mil tugurios que afeaba a la metrópoli el prestigio de Ciudad de los Palacios”.
Es digno comentar que la labor del presidente Cárdenas no quedó en la mejora de la salud del mexicano o en las grandes obras sanitarias, sino también empezó una gran labor en la parte cultural, social y educativa. Como ejemplo, está la incidencia del cambio de hábitos alimenticios de los mexicanos; para tal efecto, nace un programa de creación de comedores en las fábricas, intensifica campañas para el consumo de carne y azúcar, y se propone la venta de algunos productos a bajo costo, como el pescado.
Por otra parte, se requería combatir vicios como el alcoholismo, para tal efecto se requería diseñar espacios deportivos y crear el hábito del deporte como parte esencial de fortalecer el cuerpo. Para ello, en 1937, se crea la Escuela de Educación Física. De hecho, Cárdenas hizo todo lo que pudo en un país de enfermos. “El gobierno cardenista dobló el porcentaje del gasto federal destinado a la salud pública. Según la propia declaración del Presidente, se destinaron unos 80 millones de pesos a los servicios de salud” (González:1981, 276).
En la parte educativa, el gobierno cardenista, priorizó una cultura donde el individuo se insertara a la parte productiva del país, por ello, la creación de la educación técnica, el aprendizaje de la tecnología y de la ciencia fueron la nueva tónica del momento. Así las preparatorias, sobre todo, la Preparatoria Técnica fue dividida en dos ciclos: “…al primero, que comprendía dos años se le denominó Prevocacional… y al segundo se le denominó Vocacional. Asimismo, para el año 1937 arranca el Instituto Político Nacional, con sus diversas escuelas: Escuela Superior de Construcción, Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Escuela Superior de Ingeniería Textil, Escuela Superior de Comercio y Administración y Escuela Nacional de Ciencia Biológica” (González: 1981,285).
Ante lo referido, la preocupación del gobierno de Cárdenas no se centró en la Educación Preescolar o Primaria, más bien la mirada estaba en mejorar la salud e insertar al mexicano a la vida productiva del país. Por esta razón, la profesora Rosaura Zapata, flamante directora del recién creado Departamento de Asistencia Infantil, externaba su preocupación para que el actuar del gobierno no fuera únicamente hacia la parte de salud, ella enfáticamente en declaraciones públicas y como funcionaria, externaba la gran importancia de educar al niño preescolar, tan importante es la salud como la propia educación del niño. Sólo el gobierno tenía una mirada: ¿la salud, o había una esperanza de enfatizar el trabajo de las profesoras de jardines de niños, al incorporar la educación preescolar al sector salud? Esa fue la preocupación e inconformidad de muchas profesoras de educación preescolar, incluyendo a Rosaura Zapata, al incorporarse al sector salud en 1937.
Política y antecedentes hacia la mujer y la infancia en la época cardenista
Desde 1920 ya se venía debatiendo el papel de la niñez mexicana al interior del escenario político, el mejor ejemplo son los congresos organizados por el periódico El Universal en 1921 y 1923, la temática fue señalar los diferentes problemas que aquejaban la infancia desde diferentes perspectivas, algunas ya apuntadas desde la época porfirista como, la higiene, la pedagogía, la eugenesia, la pediatría y la puericultura (Santiago: 2015).
Como resultado, surgieron instituciones exprofeso para la atención de la infancia, como los Centros de Higiene Infantil (el primero construido en 1922), la Asociación Nacional de Protección de la Infancia (1929) y el Departamento de Asistencia Social Infantil (1937), sin duda marcan la importancia hacia ese sector de la población, pero también mostraron la vulnerabilidad en el que se encontraba. “Mario Luis Fuentes señala que entre 1927 y 1937 se dio el proceso de institucionalización de la asistencia social, que tuvo entre sus antecedentes los congresos del niño” (Santiago:2015,196).
De las personas que participaron en estos congresos, pidieron la intervención del Estado para la solución de los problemas, principalmente a los infantes y las mujeres. Estos son los antecedentes, como lo señala Zoila Santiago, para el nuevo papel que asumiría el gobierno cardenista. La pregunta que está en el aire: ¿va a seguir la misma tónica del gobierno porfirista, de caridad, de dadiva hacia las mujeres o niños, o retomará otro camino distinto al de finales de siglo XIX? Definitivamente retomará su propia postura, donde por primera vez en la historia, el gobierno asume como suyo el problema de la mujer y la niñez. Para muchos historiadores y críticos, esta acción es el principio del “Estado benefactor”, cuyas bases sentó el presidente Cárdenas. “Es decir, en los años treinta se asumió plenamente como obligación del Estado proporcionar ayuda a la población más necesitada para sustituir las antiguas formas de caridad, más propias del ámbito privado” (Santiago:2015,196).
El Surgimiento del Departamento de Asistencia Social Infantil, en 1937, crea preocupación y descontento en la Educación Preescolar, sobre todo porque lo integran al Departamento de Salud. Dicha medida a todas luces fue considerada un atentado, pues le restaba la importancia y la autonomía a un sector que apenas empezaba a consolidarse dentro del sector educativo. “Por decreto presidencial, en junio de 1937, los jardines de niños de la Secretaría de Educación Pública pasaron a depender del Departamento de Asistencia Social Infantil, excepto el anexo a la Escuela Nacional de Maestros que seguiría dependiendo en el aspecto administrativo de la SEP” (Dirección General de Educación Preescolar, 1988, 89).
Definidamente existieron dos posturas diametralmente opuestas: la del gobierno y la de las educadoras. La prensa del momento calificaba este hecho de la siguiente manera:
Dicho propósito es doble: ampliar la protección y ayuda que el Estado concede a la Infancia, para la cual se concentraran todos los recursos que destina a ese fin a través de diversos órganos; y provocar y encausar la colaboración de la iniciativa privada en igual sentido, suscitando en el público el sentimiento vivo de la necesidad de que se establezcan instituciones y servicios particulares con el mismo objeto (El Universal: junio, 1937, 1ª secc.).
Esta dirección agrupó sus funciones en cuatro rubros: 1) los que se imparten en los estados y territorios, 2) los del Distrito Federal, 3) los de cooperación privada y acción social en todo el país y 4) los de acción educativa preescolar. Para esta última se designa como directora la profesora Rosaura Zapata, hecho que destaca la prensa nacional, concretamente el periódico El Universal, en los siguientes términos:
Como dato interesante consignarse el de que, siguiéndose con ello la instrucción expresa del señor presidente de la República al señor doctor Salvador Zubirán, organizador del nuevo Departamento, se ha integrado el personal de éste con un elevado por ciento de elementos femeninos, tratándose con ello de dar ocasión a que de un modo más directo participe de la mujer en los asuntos oficiales. Con este propósito, el Consejo Consultivo del Departamento, cuenta con la colaboración de tres consejeras que son: la señora Esperanza Balmaceda de Josephet, quien desempeñara el cargo de consejera Especialista de prevención y previsión sociales; la doctora Enelda Fox, como consejera Especialista en asuntos de instituciones privadas; y la señorita Rosaura Zapata, a la fecha Inspectora General de Jardines de Niños en el Distrito Federal, como especialista en asuntos educativos. (El Universal: junio, 1937, 1ª secc.).
Las pretensiones del recién creado Departamento de Asistencia Social Infantil fueron muy amplias, como la atención de niños enfermos hasta de seis años, proveyéndolos de las medicinas necesarias para su curación, el establecimiento de maternidades, hogares infantiles y centros de asistencia a nivel federal. Por otra parte, se auxiliaría a la mujer trabajadora cuidando de que sus hijos reciban la atención médico-social que les sea indispensable.
Para el jardín de niños se pensó, más allá de proporcionar el servicio educativo, en facilitar un servicio médico-social completo, que vigilaría el desarrollo físico, mental y social del niño. No cabe duda, que por primera vez el niño es un agente contemplado dentro de la política gubernamental, así también sale a relucir el binomio madre-hijo dentro de las estrategias de la política de gobierno.
Como una acción concreta, la Dirección de Asistencia Infantil organizaba “desayunos infantiles en los jardines de niños y algunas escuelas. En varios casos la leche ha sido proporcionada por los establos locales; los clubs de madres proporcionaron el servicio de preparación de los alimentos y el lavado de los trastes y consiguieron el carbón. La Secretaría proporciona el azúcar, maicena, pan y fruta” (Archivo Histórico de la Secretaría de Salud: Legajo 2, Folio 141, 1939).
También es importante señalar que la parte médica estuvo muy relacionada con la parte educativa.
El punto de inicio de este proceso fue la presencia y acción de los médicos en el espacio escolar. A partir de allí pudieron desarrollar, por medio de la atención a los niños, un puente entre el ámbito público de la escuela y los dispensarios médicos para llegar al ámbito privado del hogar y así tratar de inculcar los preceptos médicos a todos los miembros de la familia y a la comunidad, lo que permitió un acercamiento social entre la escuela y la familia.
Al respecto, igualmente hay que citar el plan por desarrollar durante el año 1939, por los médicos y enfermeras de hogares infantiles y jardines de niños, proponen lo siguiente, en esta lista:
- -Estudio de las condiciones sanitarias de los edificios que ocupan los hogares infantiles y jardines de niños.
- -Examenes clínicos de primera vez (denominados profilácticos)
- -Examenes médicos subsecuentes
- -Inmunizaciones
- -Campañas antiparasitaria
- -Determinacion de los datos somato-métricos y funcionales de los niños eutróficos asistentes a hogares infantiles y jardines de niños
- -Campaña para evitar la caries
- -Jardines de niños particulares
- -Labor médico-social referente a niños de hogares y jardines.
Evidentemente, como lo comenté, el hecho de que los jardines de niños pasaran al Departamento de Asistencia Infantil, no fue tomado con agrado por las educadoras. Existió la preocupación de que los jardines sirvieran únicamente para la atención médica; sin embargo, la mayor defensora de dicha situación fue la profesora Rosaura Zapata. Desde su trinchera como funcionaria del mismo Departamento, ella asume su papel como la principal defensora del preescolar a través de su Plan de Trabajo del año de 1939, donde al respecto señala:
Esta Jefatura de Acción Educativa considera de justicia mencionar los grandes esfuerzos que las Educadoras han hecho para sostener el Jardín de Niños en el lugar de prominencia que ha logrado alcanzar entre los demás sectores educativos, mediante su entusiasmo en el trabajo y su amor por la institución.
Al pasar de los Jardines de Niños, de la Secretaría de Educación y del Departamento de Asistencia Infantil, las Educadoras abrigaban temores de que la labor educativa desarrollada por ellas fuera supeditada a cualquier otra que se propusiera en un programa con fines de asistencia primordialmente (Archivo Histórico de la Secretaría de Salud: Legajo7, 1939).
Unos de los puntos que más subrayaba la profesora Zapata es que se desconociera, y que no se reconociera, el trabajo de la educadora y, sobre todo, que toda la labor realizada fuera absorbida por la asistencia y la parte médica. En otras palabras, así no se podía dejar fuera la parte educativa; era necesario educar a la infancia desde las primeras etapas; además, ella externaba la importancia del trabajo de las educadoras con hechos. Lo expresaba de la siguiente manera:
Así fue, por desgracia. Las personas con quién hemos estado en contacto directo, tal vez debido al desconocimientos de nuestra labor, por una parte y por otra, guiadas por su punto de mira médico muy especialmente, no tomaron en consideración nuestras actividades y juzgaron en todas las oportunidades de exhibición de trabajo emprendidos por la Secretaría de Asistencia (Plan Sexenal, Semana de la Madre y el niño etc.) de muy poco interés lo que a la parte educativa se refería y hubiera pasado los Jardines de Niños del todo inadvertidos si las Educadoras no toman por su cuenta al darnos a conocer, en continuas exhibiciones públicas de trabajo, entre otras, las que se hicieron con dos mil niños en el Bosque de Chapultepec, con la aprobación unánime de todos los presentes”. (Archivo Histórico de la Secretaría de Salud. Legajo 7, 1939).
Es importante señalar que, dentro de este plan, se puntualizó el compromiso de trabajo de las educadoras, de sus capacidades y su entrega hacia la niñez; en ese sentido, la educación que se impartiera en los jardines de niños sería de acuerdo con la vida social y económica, con el ambiente natural y con la idiosincrasia del niño mexicano. Por otra parte, reitera:
De preferencia, trabajaremos porque la literatura infantil, empleada, este libre de prejuicios, de situaciones que no encajan en nuestra vida social y todo aquello que hace del niño un sentimental o un iluso. Igual cosa buscaremos en sus juegos, cantos, libros de imágenes etc. Será intensificado el trabajo en grupos a fin de despertar en los niños el sentido de ayuda mutua, de unión y de confraternidad”. (Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Legajo 7, 1939).
Más aspectos que refieren el plan de trabajo de Rosaura Zapata es el de fomentar el nacionalismo, el amor a la patria y sus símbolos. El niño debía formar parte en las celebraciones de carácter cívico y en la comunidad, siempre de acuerdo con sus posibilidades y con fines exclusivamente educativos. Zapata fue una fiel seguidora de los proyectos revolucionarios, como ejemplo, la SEP lo define como:
A partir de 1920, y hasta 1970, la educadora fue la mejor portadora de la ideología de gobierno, casi una aliada, comulgó ampliamente con las ideas del nacionalismo mexicano, en ese sentido, mejor trabajo no pudo hacer la profesora Rosaura Zapata con sus propuestas de reforma a los jardines de niños, en un tono como el siguiente: “Que la institución Jardín de Niños sea netamente nacional y ofrezca al niño todas las oportunidades que tienden a despertar en su espíritu, el conocimiento de su patria y el amor hacia ella” (SEP:2009).
El compromiso con el Departamento de Asistencia fue ampliamente aceptado por su titular, para ello “promovía jornadas de trabajo en contra turno, o en cualquier momento que se requiera, también se proyectará el trabajo con las madres, así como el trabajo de enseñanza por las tardes, se establecerán, hasta conseguir que todos los jardines lo posean, el guardarropa infantil”.
Entonces se cooperaría con la distribución de los desayunos escolares, sugiriendo únicamente que estos se realicen en tal forma que no obstruccionen el trabajo educativo de la educadora, “para la cual sólo hace falta la organización debida en su distribución” (Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Legajo 7, febrero, 1939).
Uno de los puntos mejor logrados y aceptados por el Departamento de Asistencia, e incluso referido en el mismo plan de la Secretaría, fue el de capacitación permanente para las educadoras del Distrito Federal y otras opciones para las educadoras del interior de la república. Así lo refiere Rosaura:
“Para las del Distrito Federal, un curso de Postgraduadas, para las educadoras de los estados, un curso de correspondencia con duración de tres semestres y continuación de los ya iniciados en verano y en invierno. La reanudación de las misiones de educadoras para que salgan, durante un mes a trabajar con las educadoras de los Estados” (Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Legajo 7, febrero, 1939).
Para Zapata, los niños que son motivo de Asistencia Pública son los siguientes:
- A). Todos los niños menores de siete años
- B). Los niños carentes de hogar
- C). Los niños víctimas de la insolvencia económica
- D). Los niños víctimas de la insolvencia moral
- E). Los niños víctimas del abandono motivado por la incompatibilidad que hallan sus padres entre el trabajo y las extensiones del hogar.
- F). Los niños víctimas de defectos físicos, tales como la ceguera, sordera, mudez o mutilaciones.
(Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Legajo 7, febrero, 1939)
Al final, Rosaura Zapata nunca estuvo en contra de las disposiciones de trabajo proyectadas por el gobierno cardenista; por el contrario, ella aceptaba que la organización interior de las escuelas se hallara en concordancia con las normas socialistas que establecía el Artículo 3 de la Constitución y las disposiciones relativas por la Secretaría de Educación Pública.
Así, ¿cuáles fueron los resultados a partir de la Creación del Departamento de Asistencia Infantil? Con respecto a los jardines de niños, nunca se pudo cubrir las peticiones de los padres de familia para crear nuevos jardines de niños, no solamente para el Distrito Federal, sino para el interior de la república. A continuación, enlistaré algunas peticiones:
Por orden del C. Subsecretario y por ser de su competencia con el presente, me es grato enviar a usted el oficio No. 1284 de la Secretaría particular del C. secretario fechado el 26 de marzo último, así como el anexo respectivo, sobre solicitud de un parque infantil, un jardín de niños del Comité de Acción Social del Pueblo de San Bernardo, Durango.
Atte. Sufragio Efectivo no Reelección / El secretario Particular / Lic. Francisco González Castro
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Asunto: Relativo a Jardines de Niños que funcionan en Tlaxcala / México D.F., 4 de marzo de 1941 / Directora General de Asistencia Infantil / Artículo 123 No. 90 / Presente
…Se le informa a usted para tomar nota de que el gobierno de Tlaxcala, ha solicitado la creación de tres nuevos jardines de niños.
Atte. Sufragio Efectivo no Reelección / El secretario Particular / Lic. Francisco González Castro.
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El Lic. J. Jesús González Gallo, saluda al señor Dr. Gustavo Baz, secretario de la Asistencia Pública y de conformidad con sus deseos, le manifiesta que el lugar indicado para el establecimiento de un Jardín de Niños sería, la población de Yahualica, estado de Jalisco, que cuenta con seis mil habitantes en el municipio, además de estar rodeada de varios municipios densamente poblados, por encontrarse enclavada en plena zona de los Altos de Jalisco.
Palacio Nacional, febrero 7 de 1941 (Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Legajo 2, Exp.4, enero, 1938)
Cabe señalar que el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud posee una buena cantidad de oficios, que solicitan la creación de Jardines de Niños en toda la República, petición que fue negada por Rosaura Zapata por no contar con los recursos económicos respectivos. La realidad abofetea los proyectos establecidos por el gobierno cardenista y, sin lugar a duda, dicha situación nunca fue controlada, por tal motivo, los Jardines de Niños volvieron a la Secretaría de Educación. Al respecto el pronunciamiento que hace el Departamento de Asistencia Infantil lo maneja en los siguientes términos:
Se ha convenido en firme que deben regresar a depender de Educación Pública los Jardines de Niños con sus correspondientes presupuestos. La base de este acuerdo es de orden técnico meramente, pues aun cuando Asistencia Pública había venido sosteniendo el punto de que la atención de los Jardines de Niños comprende un substancial aspecto de Asistencia, en el fondo y esencialmente predomina el aspecto educativo. El origen de permanencia de los Jardines de Niños de Asistencia es el que la organización del Departamento de Asistencia Infantil creado en el año de 1937 con el propósito de abarcar íntegramente los problemas de esa clase que tocaran la infancia, caracterizan netamente la necesidad de que existiera tal dependencia (Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Legajo 14, 1941).
Se puede interpretar lo anterior como triunfo de las educadoras y de Rosaura Zapata, al recibir la razón y reconocer que la labor de los jardines de niños es fundamentalmente educativa. Aunque, no del todo, más bien. Para el año 1941, el gobierno cardenista termina su período y simplemente el gobierno entrante no contempla la misma situación.
En forma general, la creación del Departamento de Asistencia Social Infantil estuvo llena de buenas intenciones: pretendían solucionar problemas históricos que ya se venían manejando desde que el país se declara independiente. En ese sentido, coincido con Alanís, pues la realidad supera cualquier proyecto de Asistencia, para ella:
Es necesario tomar distancia de los discursos y sus buenas intenciones, y apuntar que los cambios en favor de la población materna e infantil debieron ser muy lentos. Los servicios en las décadas de 1920 y 1930 fueron insuficientes y, por lo tanto, no se puede pensar que unos cuantos centros de atención materna e infantil cambiaron la realidad de una población numerosa. Además, se debe considerar que la falta de coordinación que existía entre los diversos establecimientos, la iniciativa privada y las instituciones gubernamentales debió llevar en diversos momentos a un mayor gasto y un menor rendimiento” (Alanís:2015, 25).
Consideraciones Finales
Por decreto presidencial, se crea el Departamento Social Infantil en 1937, situación que generó gran preocupación al sector educativo, concretamente, a las educadoras, ya que dicho departamento fue incorporado al sector salud.
Rosaura Zapata, desde su trinchera, siempre defendió al sistema, argumentando que este tenía un carácter totalmente educativo, más que de salud. Sin embargo, el Departamento fue creado expreso para ese momento, y para atender los graves problemas de salud que manifestaban niños y mujeres para finales de los años 30. De ahí que la unión de salud-educación fuera necesaria para mitigar los problemas que manifestaba la población.
Se podría pensar que hubo una pugna entre educadoras y gobierno con respecto a la existencia del Departamento de Asistencia Infantil, a pesar de que las dos partes externaron sus argumentos en defensa de sus propios intereses, su existencia fue necesaria para elevar la calidad de vida del pueblo mexicano.
Es importante señalar que los pasos que dio el gobierno cardenista fueron fundamentales para que otros países, sobre todo latinoamericanos, consideraran este aspecto dentro de sus agendas de trabajo. La mirada del binomio mujer-niño tomó cada vez mayor relevancia para considerar a sus integrantes como actores principales de la política del gobierno dirigida a niños y mujeres. Un ejemplo de congruencia de la política cardenista con la Creación del Departamento de Asistencia Infantil es que, de todos los departamentos, sus directivos fueron mujeres.
Como es costumbre histórica en el país, la realidad supera las necesidades que prevalecían en ese momento. Y ya no hubo en adelante recursos para su continuidad; de modo que su existencia tuvo una vigencia sexenal y, durante el gobierno del presidente Ávila Camacho, siguió otra distinta tónica de trabajo.
Referencias
Alanís, Mercedes, Los primeros pasos en la institucionalización de la asistencia médica infantil en el México posrevolucionario, Cuicuilco, vol. 22, núm. 63, mayo-agosto, 2015, pp. 9-28 Escuela Nacional de Antropología e Historia Distrito Federal, México
Educación Preescolar. México 1880-1982. Secretaría de Educación Pública. México, 1988.
González, Luis. Historia de la Revolución Mexicana 1934-1940. Los días del presidente Cárdenas. El Colegio de México, México, 1981.
Periódico El Universal, junio, agosto, septiembre 1937
Rodríguez Martha Eugenia, La salud durante el Cardenismo (1934-1940) Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México
Santiago Antonio Zoila, Cuidar y proteger. Instituciones encargadas de salvaguardar a la niñez en la ciudad de México, 1920-1940. Letras Históricas/ Entramados. México.
Archivo Histórico de la Secretaría de Salud.
[1] (Retomado de: https://www.inegi.org.mx/contenidos/productos/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/históricos)
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