Las prácticas docentes desde la mirada de Alicia en el país de las Maravillas
Guadalupe Edith Bello Cervantes
coordinadora de este contenido y docente de la ENMJN
María Fernanda Sánchez Alarcón
Diana Yesenia Guzmán Ramírez
Claudia Andrea Pérez Pompa
Yuriria Araceli Márquez Ramírez
estudiantes de la ENMJN
Hace algunos años tuve el gusto de leer El psicoanálisis de cuentos de hadas, de Bruno Bettelheim [descargable al final]. Desde ahí se puede observar con claridad lo tergiversado de las versiones que Walt Disney nos ha contado, sobre todo en los cuentos, como este, cuyo origen no es para niños, y en los que casi siempre se maneja información “grotesca de la realidad que hemos conocido”. Bettelheim fue un psicólogo infantil que se interesó por la influencia que podían ejercer los cuentos de hadas en los niños y llegó a la conclusión de que las historias tienen una extraordinaria importancia para la formación moral e intelectual de los niños.

Con este antecedente vamos a contar cómo fue la inserción a la primera semana de prácticas del tercer semestre, en la ENMJN, durante el lapso del 17 al 21 de octubre del 2022, y la segunda jornada del 28 de noviembre al 2 de diciembre, de las que podemos decir que “el león no es como lo pintan”, o sea, que no todo es tal cual se lo ve. Así, desataremos el análisis desde el cuento tan conocido de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll.
…¡Y SE ABRE EL TELÓN!
[Se ha destacado en una fuente de color las alusiones al cuento]
JARDÍN DE NIÑOS 1 (grupo 206).- Recordarán que Alicia se hacía Grande o muy pequeñita… Bueno, este jardín nos abrió las puertas GRANDES. Una gran bienvenida… Pero, al ir toda la semana, vimos que entre docentes y directora había un abismo de comunicación… El Sombrerero loco vino a nuestras mentes; pues un día él embona muy bien, pero al otro día ya no; y generaba angustia entre las docentes en formación… necesitábamos un conejo, ese que fuera guiando nuestros pasos… Hoy por hoy apreciamos que, aunque nuestro recibimiento fue muy exitoso, hemos enfocado nuestra mirada en que no todo es tan bueno ni tan prefecto, y los engranajes aún no se consolidan en ese equipo de trabajo. Así que Alicia debe ser cautelosa y saber qué hacer y de qué forma para no caer en una mala jugada.
JARDÍN DE NIÑOS 2 (grupo 206).- Aquí, como a la pequeña Alicia cuando le cerraron una mini puerta, de la que además no lograba encontrar la llave, tristemente, en este jardín nos dejaron plantadas en la visita virtual de organización; entonces decidimos junto con la docente acompañante ir directamente al lugar sin previo aviso, porque no teníamos un teléfono en dónde contactar, nos respondían nuestros correos y la cita virtual no se consolidó. De modo que, como auto-sardina partimos hacia allá, y así como la Reina de póker de Alicia, las jugadas no fueron tan buenas. Al fin llegamos y la directora nos informó que había olvidado la cita: sólo nos dijo “bienvenidas” y prácticamente nos invitó a salir, pues argumentó tener mucho trabajo; lo cual nos desmotivó. Las pequeñas Alicias tendrán la ardua tarea de abrir las puertas con todas las llaves posibles para que nunca se cierren.
JARDÍN DE NIÑOS 3 (grupo 206).- Alguien que nos pone en encrucijada: es el gato desde la rama, en el árbol… Así, a su estilo, apareciendo y desapareciendo, en este jardín de niños hallamos tiempos muertos… muchos, diría yo. Lo cual no aportó información valiosa para una próxima intervención. Por ello, conjuntamente con el docente acompañante, se decidió cambiar de institución para la próxima jornada. Hay cosas que te dejan ver, pero muchas de ellas pronto se esfuman y no te permiten intercambiar algo con la mirada, algo que precisamente debemos identificar. Así pues, las Alicias de este jardín de niños tuvieron que dejar ir la experiencia prevista para cambiar de camino con fortaleza y determinación.
María Fernanda Sánchez Alarcón
“Un lado te hará crecer más alto, y el otro lado te hará empequeñecer”. Este breve consejo que le da la oruga a Alicia, es el que la lleva a seguir aventurándose. Lo que me hizo pensar en las dos jornadas de prácticas; en algunas ocasiones, la Dirección del jardín nos consideró simples estudiantes que sólo iban a observar lo que las educadoras realizan con los preescolares, había actitudes que mostraban que no les importaba que estuviéramos ahí, y únicamente nos aceptaban para cumplir la normatividad.
Sin embargo, las educadoras mostraron otro tipo de actitud hacia nosotras, desde el inicio nos prestaron atención, resolvieron nuestras dudas, nos apoyaron con material didáctico, nos dieron sugerencias para nuestra intervención en el aula; en general, nos brindaron su tiempo, que, como sabemos, es de suma importancia, pues lo tienen limitado para prestar atención a los preescolares, los cuales son prioridad.
Estas actitudes son las que nos impulsaron a realizar una buena intervención, además de los niños y niñas del jardín, quienes siempre te llenan de palabras realmente bellas o de acciones que te sacan una sonrisa en los momentos en los que nos sentimos “pequeñas”. Lo cual me hizo reflexionar que el sentirnos fuertes, confiadas y motivadas, es justo lo que nos ayuda a avanzar en esta carrera.
Esto me llevó a otra parte del cuento, Alicia siempre persigue al conejo blanco, ese conejo es su objetivo y, al perseguirlo, vive fantásticas aventuras. Así nosotras como docentes en formación, nuestro objetivo es convertirnos en educadoras y, al ir formándonos, descubrimos nuevos aprendizajes, habilidades que acaso ni sabíamos que ya teníamos. Mientras avanzamos, aprendemos a vencer nuestros miedos y seguimos descubriendo cosas nuevas y maravillosas.
Diana Yesenia Guzmán Ramírez
¿Recuerdan cuando Alicia llegó al jardín de las flores? Bueno, pues así me sentía yo, sólo que, llegando al jardín de niños, muy entusiasmada y feliz de poder comenzar la segunda jornada de prácticas. Tanto la directora como las docentes nos recibieron de la mejor manera y, en todo momento, nos hacían sentir parte de la escuela. Fue muy significativo saber que, para ese jardín, recibirnos lo tomaron como un privilegio, el de poder aportar para nuestra formación y siempre confiaron en nosotras.
Sin embargo, también podemos encontrar la otra parte del cuento en donde las flores le tiran encima el agua a Alicia, así me sentí con el recibimiento en mi primera jornada de prácticas, incluso me llegué a preguntar si realmente quería seguir asistiendo, pues desde el primer día yo sentía que no era bien recibida. Aún con todo eso, sabía que lo haría, ya que, como siempre lo mencionan nuestros docentes: al terminar la licenciatura y ejercer nos enfrentaremos a infinidad de cosas como lo hizo Alicia y sin importar la dificultad tendremos que aprender a sobrellevarlas.
En esas dos semanas me di cuenta del impacto que el acompañamiento tiene en las docentes titulares durante nuestra formación: para nosotras es muy valioso todo el conocimiento y las experiencias que, a lo largo del tiempo, ellas han adquirido. El sentirnos acompañadas y guiadas nos hace tener un mejor desarrollo y, sobre todo, mayor confianza en nosotras mismas.
Claudia Andrea Pérez Pompa
Como docente en formación, saber que voy a empezar una nueva jornada de prácticas en un jardín diferente es algo que me provoca emoción, entusiasmo y, sobre todo, muchas ganas de dar lo mejor de mí para aprender lo que me puedan compartir las docentes titulares. Sin embargo, debo reconocer que, en la última jornada, desafortunadamente, en el primer jardín en el que estuve, me sentí como Alicia al inicio de su historia, sin camino, con mucha incertidumbre y sobre todo con miedo a tomar decisiones, todo esto debido a que, en ningún momento, percibí aprendizajes significativos que contribuyeran a mi formación docente.
Fue tanto mi desconcierto en ese jardín, que provocó que me llegara a cuestionar si verdaderamente la docencia era algo a lo que me quería dedicar y si realmente yo era la Alicia correcta para esta profesión. Pero… ¡qué equivocada estaba en dudarlo!, pues al realizar mis primeras intervenciones en el segundo jardín de niños, pude darme cuenta de lo valiente que soy, y así, exactamente como Alicia lo hizo al vencer a la Reina Roja, yo fui capaz de vencer el miedo a la incertidumbre y reconocí que yo tengo la actuación principal en el diseño de los ambientes de aprendizaje; que siempre habrá dudas y miedos, porque estamos trabajando con personitas que cada día evolucionan, y que cada año las generaciones son diferentes. Y lo más importante es saber que debo mantenerme abierta al cambio y adaptarme a él y, que con amor, dedicación y compromiso llegaré a ser la docente que cada niño necesite.
Yuriria Araceli Márquez Ramírez
A pesar de la desmotivación de algunas alumnas, nunca se perdió la esperanza de que el jardín fuera diferente a la primera impresión que nos brindaron. Tuvimos muchas preguntas acerca del lugar, acerca de las docentes, de los cuidadores, de los niños. Y con ello, llega a mi mente el episodio de Alicia en la hora del té, con muchas docentes titulares presentes. Ahí surgieron numerosas dudas y el tiempo nunca se tuvo presente, llegaron y llegaron varias interrogantes, cada día nos retirábamos con más preguntas que antes, y cada día era una hora del té.
Y así fue como el reloj se descompuso, se tenía menos noción del tiempo verdadero, el conejo blanco quería que ya todas nos fuéramos, pero nosotras queríamos seguir aprendiendo de las docentes, tanto el Sombrerero loco, la liebre, el lirón y Alicia continuaban haciendo de todo para que el tiempo se detuviera y seguir aprendiendo para, así, llegar a ser unas maestras competentes, más aún: las mejores.
Al entrar por una mini puerta y creer que nuestra experiencia iba a ser de lo peor, nos dimos cuenta de que teníamos un sin fin de posibilidades dentro del jardín, tanto con las docentes y, sobre todo, con los niños, porque muchos estaban en rezago y, de una u otra manera, nosotras llevamos otro enfoque en la educación con el que confiamos hacer un cambio en el jardín. De modo que pronto nos sentimos mejor a pesar del mal sabor que nos dejaron la primera vez, porque al fin nos hicieron sentir parte de la institución, dejándonos participar dinámicamente en varias actividades y, a pesar de que a la Reina de corazones no le parecía mucho nuestra estancia ahí, las docentes nos brindaron mucha confianza.
…Y ES ASÍ COMO ESTE RELATO HA TERMINADO
De esta manera culminamos nuestras experiencias en este semestre. Y afirmamos, como Alicia: “este es mi mundo, es mi realidad”. Los límites sólo existen en la mente y, cuando te decides por alcanzar cualquier objetivo, surge dentro de ti la convicción y la fortaleza necesarias para romper las barreras. Felicitamos a todas las Alicias que hoy están dispuestas a continuar su carrera y a ser dignas educadoras egresadas de esta casa de estudios.
Referencias:
Bettelheim, Bruno. (2021) Psicoanálisis de los cuentos de Hadas. Ed. Grijalbo. Barcelona.
Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Bruno Bettelheim (PDF)
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